Los fantasmas de la guerra persiguen a una familia en 'Hermanos'

Connie Nielsen y Ulrich Thomsen son daneses y ganaron la Concha de Plata al mejor actor y a la mejor actriz en la última edición del Festival de San Sebastián con Hermanos, de Susanne Bier. Pero aquí terminan las coincidencias. Ella, atípica, comenzó directamente bajo los destellos de Hollywood (Gladiator, Retratos de una obsesión o La presa) y Hermanos ha sido su primera incursión en el cine de su país. Y él, que se forjó en el cine experimental de Dogma (Celebración), combina pequeños filmes como Hermanos o La herencia con breves papeles en la meca del cine (Suavemente me mata o El mundo nunca es suficiente).

Hermanos cuenta la historia de un soldado danés que es mandado a Afganistán como casco azul. A su vuelta ve con otros ojos a su mujer, a sus hijas y a su conflictivo hermano. " Las misiones de Dinamarca eran antes más pacíficas. Ahora está en la lista negra de los terroristas y estamos alarmados. Pero Hermanos no es una película sobre la guerra, sino una historia de amor. Se presenta a una familia y a los fantasmas que surgen cuando él regresa", subraya Thomsen. "Hermanos me daba respuesta a la situación bélica en la que estábamos todos. No elegí el guión por ser danesa", argumenta Nielsen.

Thomsen echa de menos los años de Dogma. "Hay gente que coge una cámara, baja a la calle, la mueve un poco y dice que es una película Dogma. Pero no es eso", se lamenta. A ella le hubiese gustado participar en el movimiento: "No se me consideraba parte de la industria cinematográfica danesa. La gente pensaba allí que era americana porque nunca he hablado de mí. Ahora la Academia de Cine danesa me ha dado el premio a mejor actriz por Hermanos y eso significa que ya no se me considera extranjera. Sin embargo, el día después de recibirlo, el mayor periódico de Dinamarca me llamó 'americano-danesa', pese a haberme criado en Dinamarca y tener en Dinamarca a mi familia y mis amigos".

Thomsen actúo el pasado año en El reino de los cielos, de Ridley Scott, protagonizada por Orlando Bloom y Jeremy Irons. "Es como un circo. Un plató de 1.500 extras vestidos con trajes de guerreros cosidos a mano en China, armaduras... Por muy grande que sea el presupuesto de una película no tiene nada que ver con una de Scott, es como el día y la noche", comenta. Nielsen, sin embargo, encuentra similitudes entre el trabajo con el director estadounidense y con la danesa: "Menos los 100 millones de dólares de Gladiator, la manera de rodar era parecida. A primera hora, Scott nos reunía a todo el equipo de actores y al director de fotografía para pensar primero la secuencia y buscar después el escenario. Y en Hermanos lo mismo. Me sorprendió. Claro que el nivel de presión es menor en una película intimista como Hermanos. Aunque yo intento obviar que estoy jugando con muchos millones porque puede ser intimidante".