Córdoba muestra su Barroco plástico y literario en relación con el europeo
El Museo de Bellas Artes de la ciudad cede gran parte de las obras
El Barroco, tanto en su vertiente literaria como plástica, es el eje sobre el que gira la exposición que se inauguró ayer en la Sala Vimcorsa de Córdoba y que permanecerá abierta hasta el próximo 24 de abril. La muestra está dividida en dos partes: una dedicada a las manifestaciones de este periodo artístico en Córdoba y otra centrada en Europa, estructurada a su vez, a partir de las obras artísticas de carácter religioso y profano.
En total, se recogen 77 obras plásticas -entre pinturas, dibujos, grabados y esculturas- y 25 libros de la época. Dos de estas obras literarias han sido restauradas por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, en Sevilla, y ocho cuadros fueron reparados en el taller del Museo de Bellas Artes de Córdoba, al que pertenecen la mayoría de los fondos.
La exposición, que cuenta con el apoyo de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento cordobés y la obra social de Caja San Fernando, planea viajar a Sevilla a principios de verano.
Entre las obras literarias, la directora del Museo de Bellas Artes y comisaria de la exhibición, Fuensanta García de la Torre, destacó algunas de las ediciones originales de Góngora, Luis Carrillo y Sotomayor o Juan de Arce que se han recopilado.
García de la Torre explicó que la idea de poner en marcha la muestra surgió cuando la sala barroca del Museo de Bellas Artes de la ciudad cerró las puertas debido al proceso de restauración de varias obras.
Durante la presentación, Luis Rodríguez, teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento, aseguró que la exposición "sirve para recuperar la memoria histórica de lo que supuso el Barroco en el arte y en la vida social de Córdoba", una ciudad que a finales del siglo XVI contaba con una gran actividad artística. Durante el siglo XVII, se continuaron las obras de la Catedral en el interior de la Mezquita y se crearon las capillas perimetrales. Esos encargos, y la creación de conventos y retablos religiosos, generaron un mecenazgo y una estabilidad profesional para los creadores.
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