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La UE aprueba la directiva que permite patentar programas informáticos

El Consejo de Competitividad de la Unión Europea, con el voto en contra de España, ratificó ayer sin debate el acuerdo de mayo de 2004 sobre la directiva de patentes de software (programas informáticos), defendida por patronales y grandes multinacionales y rechazada por las asociaciones que promueven el software libre

Austria, Bélgica e Italia se abstuvieron y otros siete países mostraron reticencias, pese a votar a favor. El texto queda pendiente de una segunda lectura en el Parlamento Europeo, que pidió recientemente a la Comisión que retirase su propuesta. La petición fue denegada.

El texto ratificado por el Consejo permitiría patentar un programa informático en un ordenador, cuando ahora la legislación europea excluye al software de las patentes. El problema básico que plantea la directiva, a juicio de sus oponentes, es que resulta difícil probar que un nuevo programa es totalmente inédito

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La polémica directiva ha enfrentado durante los últimos tres años al Parlamento y a la Comisión. La propuesta presentada por la Comisión en 2002 de "invenciones implementadas en el ordenador" fue radicalmente modificada por el Parlamento de Estrasburgo cuando, en septiembre de 2003, pidió que el software, los algoritmos y los métodos comerciales estuviesen excluidos de las patentes.

El Parlamento consideraba que se bloquearía la innovación europea en el sector informático, ya que las empresas necesitarían más abogados para defender esas patentes que programadores, lo que perjudicaría a las pequeñas empresas. Actualmente, los programas de ordenador están protegidos por los derechos de autor. La Comisión, sin embargo, considera que no patentar frena la investigación, ya que desprotege la inversión realizada.

Diferencia de criterios

Ahora, la Eurocámara podría bloquear la directiva, tal y como ocurrió con la que regulaba las ofertas públicas de adquisición (OPA) en 2001, lo que significaría que se debería volver a empezar todo el proceso. De ahí que la presidencia luxemburguesa de la UE se comprometiera ayer a revisar el texto durante la segunda lectura con el Parlamento para tener en cuenta "las preocupaciones de empresas y consumidores".

José Montilla, ministro español de Industria, Turismo y Comercio, augura "dificultades" para que prospere la propuesta de directiva debido a la posición "muy crítica" que mantienen varios Estados miembros y grupos políticos. El Europarlamento ya criticó en su momento que el comisario que debe sacar adelante esta directiva sea precisamente el irlandés McCreevy, responsable de Mercado Interior.

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