Los Príncipes admiran la genialidad de Durero en el Museo del Prado

Los Príncipes de Asturias inauguraron ayer en el Museo del Prado la exposición que muestra, con la menor iluminación posible para no dañar las obras, 86 dibujos y grabados de uno de los creadores más reconocidos de todos los tiempos, Alberto Durero. Don Felipe y doña Letizia fueron asesorados en su recorrido por José Manuel Matilla, comisario de la exposición titulada Durero. Obras maestras de la Albertina, y por el director del Museo Albertina, de Viena, Klaus Albrecht Schröder, de donde proceden muchas de las obras que se ven por primera vez en España.

En total, se recogen 57 dibujos y 29 estampas, además de los cuatro óleos del Prado (Adán, Eva, Autorretrato y Retrato de personaje desconocido). La muestra está dividida en varias secciones que permiten apreciar las distintas técnicas de Alberto Durero (1471-1528): dibujos a punta de plata, lápiz y pluma, grabados en madera y cobre y pintura al óleo sobre tabla.

Los Príncipes se vieron obligados a permanecer al menos tres segundos en total inmovilidad para que las cámaras, sin flashes y con apenas luz ambiente, pudieran captar su imagen junto a una de las obras más emblemáticas del maestro alemán, Liebre. La escena se repitió ante los óleos de Adán y Eva, propiedad del Prado, aunque en este caso había algo más de luz.

Las obras se distribuyen en cinco salas y es la primera vez que el Museo Albertina de Viena cede al extranjero una colección tan importante de sus obras de Durero, muchas de las cuales no se han visto nunca fuera de allí, como Liebre, que sólo ha sido expuesta siete veces, en la propia Austria, en los últimos 140 años.

Si las autoridades austriacas no rectifican, algunas de las obras más importantes de Durero, como Liebre o las no menos célebres Ala de carraca, Carraca muerta, Virgen con animales y Estudio para la cabeza de un anciano, regresarán al Albertina el 4 de abril, aunque la exposición continúe abierta al público en el Prado hasta el 29 de mayo.

A la inauguración asistieron los patronos, entre ellos Jaime de Marichalar, de la Fundación Winterthur, patrocinadora de la muestra, en colaboración con el Consorcio Turístico de Madrid, y el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza.