La síntesis de proteínas actúa en el aprendizaje
El estudio realizado durante dos años por los investigadores José María Delgado, Ángel Manuel Carrión y María del Carmen Inda demuestra que el aprendizaje en un proceso activo en el que se requiere la síntesis de proteínas. "Podemos por ejemplo memorizar en un momento dado 30 número de teléfonos aunque si interrumpimos, en un momento específico, el proceso de la síntesis de proteínas que realizamos (con alguna droga o inmunodepresores), no lograremos aprenderlos", explica el catedrático de Fisiología de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y director del estudio, José María Delgado, quien añade que "el bloqueo" de la síntesis de proteínas ha sido realizado a ratones entre media hora y cuatro horas después de asociar dos estímulos.
Al interrumpir el proceso de la síntesis de proteínas, los ratones olvidaban lo aprendido. Los resultados del estudio, que demuestran que el aprendizaje es un proceso activo y no pasivo, puede permitir, según los investigadores, que "cuando ocurra un hecho traumático se pueda bloquear las síntesis de proteínas y con eso se olvidaría más fácilmente el trauma o se podría asociarlo a algo más agradable". Delgado señala que el siguiente paso sería investigar cuál es el grupo de proteínas que actúa en el aprendizaje, algo bastante complicado.
"El hombre tiene entre medio millón y un millón de proteínas, el 90% de los mecanismos de las funciones que realizan los seres vivos implican síntesis de proteínas, están presentes por ejemplo desde que movemos un músculo hasta en la formación de enzimas", añade el profesor titular de Neurociencia de la Olavide, Ángel Manuel Carrión.
Otro de los pasos que se pueden seguir tras el descubrimiento es desarrollar un fármaco para tratar las depresiones. En el momento de recordar algo desagradable el paciente podría interrumpir ese proceso interrumpiendo la síntesis de proteínas y conseguiría borrarlo de la memoria. También mediante el psicoanálisis, según Delgado, se podría conseguir que el paciente asociara ese hecho desagradable que ha vivido con una experiencia menos traumática.
"Si se recuerda algo y no se refuerza, tiende a olvidarse", señala Delgado que explica que no todo el aprendizaje requiere de proteínas. "El que tenemos en una conversación, a corto plazo, no, el de largo plazo sí". Es en el de largo plazo dónde la medicina clínica pueda actuar aunque antes los investigadores tendrán que averiguar los sitios selectivos del cerebro dónde se produce el proceso de síntesis de proteínas durante el aprendizaje, para así intentar bloquearlo con las sustancias adecuadas y conseguir borrar las experiencias negativas. El estudio de los investigadores del Centro Andaluz de Neurociencias salió publicado el pasado febrero en la revista especializada norteamericana Journal of Neuroscience.
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