300 balas contra la reportera italiana
Trescientos balazos contra un coche que circulaba el viernes a velocidad moderada hacia el aeropuerto de Bagdad y sin que los soldados norteamericanos intentasen identificar a los ocupantes. Ésta es la versión que dio ayer, ya en Roma, la periodista italiana Giuliana Sgrena, que poco antes del incidente había sido liberada de un secuestro que duró un mes. En el tiroteo resultó muerto el agente secreto que dirigió la operación y que protegió con su cuerpo a la reportera. El compañero de Giuliana sospecha que EE UU actuó deliberadamente.
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