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Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

A ritmo británico

El PIB de Reino Unido crece un 3,1% gracias a la demanda interna

La economía del Reino Unido creció el año pasado un 3,1%. Mientras las economías de la eurozona padecen un prolongado enfriamiento, el PIB británico se prepara para escalar alrededor de un 3% en 2005. La marcada diferencia con respecto a economías como la alemana o francesa se debe a la pujanza de la demanda interna, que el año pasado subió un 4%.

Entre noviembre de 2003 y octubre de 2004, la autoridad monetaria ha subido los tipos de interés en cinco ocasiones; ahora están en el 4,75%
El Banco de Inglaterra espera que el crecimiento económico no baje del 2,7% durante todos los trimestres en los dos próximos años

Mientras las economías de los 12 países que comparten el euro se encuentran hundidas en lo que parece ser un alargadísimo invierno, el Reino Unido, que sigue aferrado a la libra esterlina, ha esquivado la anemia que ahora mismo se ciñe con las principales potencias económicas del continente, como Francia o Alemania. Un crecimiento del 3,1% del PIB en 2004 no es necesariamente una cifra para alardear, pero si se compara con las dificultades de la eurozona, que apenas alcanzó un crecimiento del 1,6% en 2004, el dato se vuelve más atractivo. La economía británica, además, no sufrió con la misma vehemencia la recesión global que arrancó en marzo de 2000 con el colapso de la burbuja tecnológica: el crecimiento de su PIB se mantuvo por encima de EE UU y Europa a lo largo del último lustro.

Demanda interna

Éste es el segundo año consecutivo en que los datos de expansión económica en el Reino Unido vapulean a la eurozona. En 2003, el conjunto de 12 países apenas alcanzó un crecimiento del 0,2%. El Reino Unido, por su parte, disfrutó de una escalada del 2,3%. La clave para la economía británica parece ser la fortaleza de la demanda interna, una de las variables que más quebraderos de cabeza han producido para los responsables de política económica de la zona euro. La demanda interna británica creció en 2004 un robusto 4%, mientras en Alemania se mantiene estancada y no logra superar el 1%. Y se espera que en el Reino Unido esa cifra se mantenga en torno al 4% en 2005.

Los pronósticos del Banco de Inglaterra apuntan a que el crecimiento económico no caerá en ningún trimestre durante los próximos dos años por debajo del umbral del 2,7%. La inflación, por su parte, se mantendrá por debajo del 2%, según las previsiones de la entidad emisora. El Reino Unido, sin embargo, se ha acostumbrado a un prologando crecimiento. Según Bloomberg, la agencia de información económica, el Reino Unido no ha sufrido ni un solo trimestre de cifras negativas desde la II Guerra Mundial.

Flexibilidad monetaria

Aun así, la economía británica, fuertemente dependiente del sector servicios (representa el 71% del PIB), sufrió un pequeño resbalón a principios de 2000. A diferencia de otros bancos centrales, sin embargo, la entidad emisora británica reaccionó con agilidad ante un entorno económico global más complicado. Fue el primer banco central en darle vuelta a su política monetaria y emprendió un rápido recorte de los tipos de interés. En julio de 2003, el banco redujo los tipos a su nivel más bajo en 48 años. A partir de entonces, ante la creciente aceleración de la economía y la inflación, el banco fue también el primero en volver a subir los tipos de interés. Entre noviembre de 2003 y octubre de 2004 el banco subió los tipos en cinco ocasiones. Ahora mismo se sitúan en el 4,75% y la inflación ronda el 2%.

El banco se ha mostrado precavido ante nuevos movimientos debido a la incertidumbre que se asoma en el horizonte. El principal riesgo para la economía británica consiste en una posible caída en el consumo de los hogares. El Banco de Inglaterra sentencia que ésa es la gran interrogante que cuelga sobre la evolución del PIB. El crecimiento en el último trimestre de 2004 preocupa a los responsables de la política económica británica: fue el más débil en dos años, al alcanzar sólo el 0,7%.

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