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CRISIS EN LÍBANO

El presidente de Siria anunciará hoy una retirada parcial de Líbano

Bush advierte de que no aceptará una salida a medias de las tropas de ocupación

El presidente Bachar el Asad se dispone a anunciar hoy ante la Asamblea Popular del Pueblo de Siria el repliegue de las tropas de su país que ocupan Líbano. El anuncio se produce en medio de la presión internacional impulsada por EE UU y la ONU y secundada por los países árabes e incluso por Rusia, un aliado incondicional del régimen sirio. El presidente estadounidense, George W. Bush, alertó ayer desde la Casa Blanca de que no aceptará retiradas a medias y que exigirá la salida total de las tropas, que ocupan el país desde hace casi 30 años.

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El repliegue de las tropas sirias se llevará a cabo antes del 23 de marzo, fecha en que la Liga Árabe tiene programada una cumbre en Argelia, donde amenazaba con tratar como uno de los puntos más importantes de la reunión la retirada de las tropas sirias de Líbano y el cumplimiento de la resolución 1.559 dictada sobre este tema por Naciones Unidas, el pasado mes de septiembre.

Las tropas sirias presentes en Líbano se retirarían al valle de la Bekaa, en los límites del Estado libanés, junto a la frontera siria, cumplimentando así lo establecido en los Acuerdos de Taef de 1989, por los que se puso punto final a una guerra civil que duró 15 años. El proyecto inicialmente de retirada diseñado por el régimen de Damasco contempla el repliegue de la mayor parte de los 15.000 soldados, dejando sin embargo una retaguardia de unos 3.000 hombres cuya misión sería la de vigilar y custodiar los sistemas de alerta y vigilancia, que se encuentran situados en los altos de las montañas que rodean Beirut y desde los que se pueden controlar los movimientos de las tropas israelíes, al otro lado de la frontera.

El plan de retirada ha sido preparado con minuciosidad en los últimos días por el mando de las tropas sirias, que ha ordenado reforzar las posiciones de vigilancia situadas a lo largo de la carretera que va desde Beirut a Damasco, a través de las cuales se supone que saldrán las milicias. Los responsables militares han ordenado también fortificar las posiciones del valle de la Bekaa, donde se presume que se acantonarán durante un tiempo indefinido las tropas ocupantes.

Un portavoz del Gobierno libanés, aseguró sin embargo que los detalles del repliegue, que anunciará Bachar el Asad mañana, están condicionados a una serie de pactos finales y contrapartidas, con los que Damasco pretende afianzar el proceso de paz entablado entre israelíes y palestinos desde la muerte de Yasir Arafat y la elección del presidente Mahmud Abbas.

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El anuncio oficial de retirada de Bachar el Asad era una de las exigencias principales que había presentado la oposición libanesa, que impulsa la revuelta popular y pacífica desde hace dos semanas, para participar en la formación de un Gobierno de unidad nacional, con el que llenar el vacío creado por la dimisión del Gabinete presidido por Omar Karame, hace una semana. Sin embargo, quedará pendiente una segunda demanda, que supone la dimisión de seis altos mandos policiales y el fiscal general del Estado por sus implicaciones directas o indirectas en el atentado perpetrado contra el ex ministro libanés Rafik Hariri.

El presidente George W. Bush advirtió desde Washington de que no admitirá una retirada parcial y exigió la salida inmediata de los soldados y miembros del espionaje sirio. "Cuando Estados Unidos y Francia decimos 'retirada', queremos decir retirada completa, no medidas que se queden a medias". La reacción de Bush -significativamente incluyendo a París en el anuncio- fue inequívoca. Por si hacía falta mayor claridad, el presidente añadió en Nueva Jersey: "Las tropas sirias y los servicios sirios de espionaje deben salir de Líbano ya".

Bush celebró la presión internacional conjunta -"el mundo está empezando a hablar con una sola voz"- y añadió: "Queremos que triunfe la democracia en Líbano, y eso no puede ocurrir mientras se mantenga la ocupación de un poder extranjero". En unas declaraciones a The New York Post, el presidente reiteró la misma posición y no dejó espacio para otras opciones: "Es algo no negociable. Ha llegado el momento de que se vayan. Creo que tenemos una buena oportunidad para lograrlo y para conseguir que las elecciones que habrá en mayo en Líbano sean libres. No creo que puedan serlo con las tropas sirias allí".

Después del asesinato de Hariri el pasado 14 de febrero en Beirut, EE UU retiró a su embajadora en Damasco y acusó a Siria de tener, como mínimo, una responsabilidad indirecta en el atentado, "dada su constante interferencia en los asuntos de Líbano", señaló en el Senado la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, que reiteró, como Bush había hecho antes, que Washington opta por la presión diplomática: "En este caso creemos que la presión internacional concertada debería obligar a los sirios a actuar". Ahora "necesitamos acción, no palabras", dijo ayer Scott McClellan, portavoz de la Casa Blanca, y añadió que el objetivo de EE UU es que las elecciones de mayo en Líbano "sean libres y justas y no haya interferencia exterior".

Manifestantes en un campamento instalado en el centro de Beirut, tras un cartel en el que se lee "Siria, régimen asesino".
Manifestantes en un campamento instalado en el centro de Beirut, tras un cartel en el que se lee "Siria, régimen asesino".AP

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