La madre de la francesa secuestrada denuncia la guerra de poder
"Quiero que Florence sea liberada y que no sea la rehén de guerras de clanes, de poder, de asuntos personales y secretos, de pequeñas guerras entre servicios. Estoy indignada". Así se expresó ayer, en la emisora France Info, la madre de Florence Aubenas, la periodista del diario Libération secuestrada en Irak hace 59 días, junto a su traductor y chófer Hasan Hanun al Saadi.
Jacqueline Aubenas teme que su hija sea también secuestrada por las disputas políticas que rodean su proceso de liberación. "No quiero saber nada del señor [Didier] Julia", añadió. "Mi hija fue obligada" [a pedir ayuda al diputado conservador].
En un vídeo difundido el martes, Florence Aubenas pedía ayuda a Julia, político conocido por sus contactos con antiguos responsables del Baaz iraquí y que había protagonizado una rocambolesca y fallida misión, el pasado septiembre, para liberar a los periodistas Christian Chesnot y Georges Malbrunot. El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, dejó claro el jueves a Julia que no debía intervenir y que excluía toda "diplomacia paralela" para la liberación de Aubenas, aunque pidió al diputado que entrase en contacto con los servicios secretos.
Desde el inicio de la guerra, en marzo de 2003, la insurgencia iraquí ha secuestrado a 31 periodistas, de los cuales 25 -con Giuliana Sgrena- fueron liberados y tres -el italiano Enzo Baldoni, el británico Terry Lloyd y el libanés Husein Othman- fueron asesinados. Aubenas y su traductor siguen cautivos, mientras el cámara francés Fred Nerac está en paradero desconocido.
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