Las 'pymes' catalanas derrochan el 20% de la energía que emplean

Un total de 4.000 gigavatios al año, o lo que es lo mismo, el abastecimiento energético de todos los hoteles de Cataluña durante seis años. Éste es el ahorro que generaría el empleo adecuado de la energía por las pequeñas y medianas empresas (pymes) españolas, según un estudio de Unión Fenosa, que concluye que un buen uso por parte de las pymes podría reducir el 10% el consumo eléctrico total de Cataluña.

Según Unión Fenosa, que presentó el informe ayer en varias comunidades autónomas con las mismas conclusiones, las pymes catalanas podrían ahorrar anualmente el 20% de la energía que consumen modificando tan sólo su equipamiento básico y algunos hábitos de consumo.

La mera reducción de la tempertaura de la calefacción en un grado supone un ahorro energético del 8%. Y los detectores de presencia que tienen algunos establecimientos hoteleros, por ejemplo, hacen que disminuya el 20% el consumo del alumbrado básico del establecimiento en cuestión, argumentó Salvador Salat, del Instituto Catalán de la Energía (Icaen).

El sector de la restauración es, precisamente, el que presenta un mejor índice de eficiencia energética, de 4,1 puntos sobre 10. El colectivo de servicios profesionales es el que derrocha más energía, ya que obtiene un puntuación de 2,1 puntos. La media, tanto catalana como del conjunto de las pymes españolas, es de 3,1 puntos.

Lo que se ahorrarían las empresas españolas si fueran más eficientes en el uso energético no es nada despreciable: 1.550 millones de euros al año, aproximadamente el 1% de su facturación o equivalente al 5,3% de sus gastos de personal. También en el ámbito estatal, el estudio calcula que con la energía ahorrada se conseguiría reducir el 22% las emisiones necesarias para que el país cumpla el Protocolo de Kioto (10,45 millones de toneladas de dióxido de carbono).

Tamaño y eficiencia

El estudio de Unión Fenosa, la tercera compañía eléctrica española, por detrás de Endesa e Iberdrola, refleja que las pymes con más empleados (entre 100 y 199) son las que tienen unos hábitos energéticos más eficientes, en contraste con las empresas con menos trabajadores (entre seis y nueve), que son las que más energía derrochan.

El delegado de Unión Fenosa en Cataluña, David Prous, señaló algunos de los "puntos débiles" en el uso eficiente de la energíaa, como la falta de formación energética entre los empleados y la escasa extensión del uso de herramientas informáticas para gestionar y controlar el consumo de energía, puesto que sólo el 14% de estas empresas disponen de ellas, según el estudio.