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Maragall retrasa un viaje a Uruguay para afrontar la crisis política catalana

El presidente acude hoy a la ejecutiva del PSC, en la que escuchará críticas por su ataque a CiU

Pasqual Maragall ha decidido demorar un día su viaje oficial a Uruguay para frenar la grave crisis política desatada en Cataluña tras la acusación de corrupción que él mismo lanzó contra Convergència i Unió (CiU). Por la mañana, el presidente de la Generalitat dará explicaciones a la ejecutiva de su partido, el PSC. En esta reunión tendrá que escuchar voces críticas por su actitud, aunque, según fuentes del partido, la ejecutiva cerrará filas en torno a su líder. Más tarde, Maragall se reunirá con sus socios de Gobierno, ERC e ICV, que se han distanciado del presidente catalán, para intentar que la crisis no afecte a los dos grandes retos de esta legislatura: la reforma del Estatuto y nueva financiación autonómica.

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No son pocas las voces en el seno del tripartito y en el propio PSC que consideran un "patinazo" las palabras de Maragall el pasado jueves al acusar a los convergentes de cobrar comisiones por la obra pública que adjudicaba la anterior Administración catalana. Máxime cuando desde el Gobierno se admite carecer de pruebas de tamaña acusación.

Maragall, y por extensión el tripartito, quieren impedir que esta crisis -con denuncias e investigaciones judiciales de por medio- vaya a mayores y que hipoteque la reforma del Estatuto y la nueva financiación autonómica, base de esta legislatura. Y si conviene, se demoran los viajes oficiales.

El presidente partirá esta noche hacia Montevideo, donde tiene previsto asistir a la toma de posesión del futuro presidente Tabaré Vázquez. Antes, por la mañana, se reunirá con la ejecutiva del Partit dels Socialistes, y después almorzará con la plana mayor del Ejecutivo: el conseller en cap, el republicano Josep Bargalló; el consejero de Relaciones Institucionales, el ecosocialista Joan Saura; el secretario del Gobierno, Ernest Maragall, y previsiblemente el consejero de Política Territorial y principal afectado por la crisis del Carmel, Joaquim Nadal.

En la ejecutiva de los socialistas catalanes, Maragall tendrá que escuchar algunas voces discrepantes a su actuación en el pleno del pasado jueves sobre el Carmel. El presidente no tenía previsto intervenir en este pleno. Su equipo había planificado una estrategia para que fuera el resto del Ejecutivo el que saliera a la tribuna a responder a la oposición si se formulaban críticas directas. En dos ocasiones, Saura y Nadal consiguieron frenar a Maragall. Pero a la tercera, el nervio le pudo más y se desató la trifulca que ha originado la actual crisis.

Cumbre estatutaria

Las críticas a las palabras de Maragall, calificadas de "osadas" por algunos dirigentes del PSC, se circunscribirán a la reunión de la ejecutiva. De puertas a fuera, el partido cerrará filas en torno a su líder y apoyará sin fisuras la estrategia que marque para salir victorioso de esta crisis.

Más peliagudo lo tendrá el presidente con los socios de su Gobierno. Republicanos y ecosocialistas se han distanciado de Maragall a marchas forzadas y proclaman no compartir las críticas hacia Convergència i Unió. Pero hay que salvar los muebles y todavía quedan tres años de legislatura. De momento, pasada la Semana Santa, se celebrará la segunda cumbre sobre el futuro Estatuto de Cataluña que, por ahora, no peligra.

A tenor de lo manifestado ayer por los principales dirigentes políticos, ningún partido eludirá la cita. Aunque desde Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya no ven clara tanta urgencia. La cumbre ya la tenía en mente Maragall -la anunció en su última ronda con los líderes parlamentarios- pero la polvareda política ha acelerado sus planes.

El ecosocialista Jaume Bosch y el republicano Joan Ridao consideraron que la cumbre -que tendrá lugar en la ciudad de Sabadell- debería celebrarse una vez la ponencia parlamentaria finalizara la primera lectura del texto estatutario. "Precipitar esta reunión es como admitir que los trabajos del Estatuto han entrado en crisis y queremos seguir trabajando dentro de la normalidad", afirmó Ridao. Por su parte, Joan Saura alertó: "En ningún caso lo ocurrido entre Maragall y Mas debe empañar el Estatuto y ni mucho menos solucionar lo ocurrido en el Carmel".

Ridao opinó además que Maragall debería asegurar la presencia de todos las formaciones políticas en la cumbre y, sobre todo, la de CiU. Una asistencia que fue confirmada ayer, pero imponiendo condiciones, por la federación nacionalista. Su portavoz parlamentario, Felip Puig, supeditó el concurso de su partido a que primero el presidente concrete el orden del día de la cumbre y los socialistas catalanes presenten su propuesta sobre el nuevo sistema de financiación autonómica. "Si no hay contenidos sobre la mesa será una nueva demostración de que el presidente de la Generalitat no tiene las ideas claras y es incapaz de reconducir el diálogo político".

Rectificación

Pero este diálogo, que CiU cree que se encuentra a unos "niveles de crispación impropios de Cataluña y no conocidos en 25 años de democracia", tendría que recuperarse no antes de que Pasqual Maragall "rectifique" sus acusaciones sobre corrupción. "Cuando se tiene que hablar del Carmel se lanzan acusaciones falsas y cuando toca dar un mensaje de rectificación se huye convocando una reunión en Sabadell", insistió Puig.

Los convergentes presentarán entre hoy y mañana una querella, ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, por injurias y calumnias contra Pasqual Maragall, el consejero Joaquim Nadal y el parlamentario de Esquerra Republicana Xavier Vendrell.

El Partido Popular también acudirá a la cumbre estatutaria, aunque su portavoz, Francesc Vendrell, calificó de "irreconducible" la situación. Su jefe de filas, Josep Piqué, reiteró su exigencia de que Pasqual Maragall presente la dimisión o convoque elecciones anticipadas, y alertó sobre un pacto entre socialistas y convergentes para "tapar el escándalo de las comisiones".

Desde la dirección nacional del PP, el secretario de comunicación, Gabriel Elorriaga, arremetió contra el viaje oficial de Maragall a Uruguay "en vez de estar afrontando los graves problemas que existen en Cataluña". Elorriaga aprovechó para criticar el "silencio" del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. "Ni una palabra [ha dicho] sobre el espectáculo de Pasqual Maragall y sobre la estabilidad del Gobierno de Cataluña", denunció.

Pasqual Maragall (a la derecha), junto al consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal.
Pasqual Maragall (a la derecha), junto al consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal.CARLES RIBAS

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