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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una oportunidad

Siete años después de que los científicos descubrieran cómo obtener células madre a partir de embriones humanos sobrantes de los tratamientos de fertilidad, y cinco después de que el investigador español Bernat Soria planteara su uso para explorar posibles tratamientos contra la diabetes, el Ministerio de Sanidad ha aprobado los cuatro primeros proyectos experimentales de este tipo que se realizarán en el país. No es tarde. España es sólo el cuarto país europeo -junto al Reino Unido, Suecia y Bélgica- en que se puede investigar con células madre embrionarias humanas. Y las posibilidades que se abren son muy amplias, tanto en la investigación biomédica como en el estudio básico de la biología humana.

Los argumentos contra esta técnica son endebles. La jerarquía católica se opone a ella por la misma razón que rechaza el aborto y la píldora del día siguiente: porque considera que un óvulo fecundado es ya un ser humano a todos los efectos. Las investigaciones se harán con embriones generados in vitro y con menos de 14 días de edad, antes de su implantación en un útero. Otros sectores sociales ponen el acento en los intereses comerciales que puede haber detrás. Pero la legislación española sobre esta materia, que está en línea con los otros países europeos que permiten estas investigaciones, impide usarlas con fines lucrativos e impone un control estricto sobre los proyectos. Son medidas suficientes para garantizar que las células madre sirvan a objetivos de interés médico y público.

La red española de células madre embrionarias se compone de tres nodos autonómicos, con centros en Andalucía, Cataluña y Valencia. Los cuatro primeros proyectos aprobados (tres andaluces y uno valenciano) pretenden explorar las posibilidades de las células madre para el futuro tratamiento de la diabetes y el Parkinson. Pero no son esperables resultados próximos. En el mejor de los casos se precisarán años de investigación. Y eso, investigar, es lo que han pretendido los científicos en todo momento. Una vez disipado el ruido político, es hora de ponerse la bata blanca y aprovechar el buen entorno legal para hacer buena ciencia.

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