Un hombre con orden de alejamiento mata a su ex compañera en Córdoba

El cuerpo de Ana Rosa Marín Gutiérrez, de 25 años, fue encontrado en la madrugada de ayer en una parcela abandonada de Córdoba con heridas de arma blanca y golpes en la cabeza que le causaron la muerte, según la autopsia. La policía explicó ayer que Francisco José M. A., la ex pareja de la víctima, confesó el crimen, ocurrido el jueves, y condujo a los agentes hasta el cadáver de la mujer, que se encontraba semienterrado.

La víctima rompió la relación con Francisco José M. A el pasado 8 de febrero. A pesar de que en marzo de 2004 Ana Rosa Marín obtuvo una orden de alejamiento por maltrato contra él, ambos mantuvieron la relación, según asegura una compañera de piso de la víctima.

Ana Rosa Marín es la décima víctima femenina de la violencia machista desde que comenzó el año. La mujer vivía en Córdoba, tenía un hijo de 3 años y trabajaba como limpiadora. El pasado 8 de febrero, Ana Rosa, tras una discusión con su pareja, decidió terminar con la relación. "Nos dijo que si aparecía por aquí no le dejásemos entrar", sostuvo ayer una compañera de la fallecida, quien también explicó que Ana Rosa vivía con ella y con dos compañeras más desde el 1 de febrero. Según la policía, el acusado mató a la mujer el jueves, en un edificio derruido de las afueras de la ciudad.

El cuerpo de Ana Rosa fue encontrado ayer junto a un colegio y al puente de Asland, en las proximidades de un polígono industrial de Córdoba. Precisamente bajo ese mismo puente, la joven de 19 años Beatriz García Velasco fue apuñalada hasta la muerte por Raúl C. F., su ex pareja, en mayo de 2004.

La madre de Ana Rosa denunció la desaparición de su hija el viernes. Desde un principio, las investigaciones se centraron en el acusado. El domingo fue detenido y en la madrugada de ayer terminó confesando y condujo a los policías hasta el lugar donde se encontraba el cadáver.

Fuentes de la investigación aseguraron ayer que ambos mantenían "una relación habitual de forma voluntaria". El agresor, según esas mismas fuentes, tenía problemas con el alcohol y las drogas. Sus propios padres habían solicitado una orden de alejamiento contra él. El acusado vivía desde hacía un tiempo en una cueva en una zona conocida como Las Murallas. La Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres convocó ayer una concentración de repulsa por este asesinato.