Al cine español le crecen los enanos
Pareciera, efectivamente, que al cine español le estén creciendo los enanos. O que exista una trama negra y perversa encargada de minar su prestigio poquito a poco. Hace un par de semanas estalló el escándalo con el desafortunado informe incompleto de la Academia en el que da cifras sin matices de la pérdida de espectadores. Luego, la polémica ceremonia de los Goya en su empeño por ganar audiencia con gentes de la tele, y por el acaparamiento de premios para Mar adentro. Ahora, como colofón, los hermanos Almodóvar han abierto la caja de los truenos anunciando a bombo y platillo que se borraron en secreto de la institución el pasado diciembre.
Vienen a decir que ya han soportado suficientes ninguneos de sus colegas académicos, que una cosa es que a los señores y señoras votantes les irrite Almodóvar y/o La mala educación, y otra distinta que por esa causa no se reconozca el trabajo creativo de los actores, del músico, del maquillador, del director de fotografía, del montador... que suelen ser nominados cuando trabajan en películas de directores que no sean Almodóvar.
Concluyen los hermanos que esta injusticia es posible porque en el actual sistema de votación los nominados en cada especialidad son elegidos por sus gremios correspondientes, con lo cual, siendo los técnicos del cine español tan escasos, la decisión final es tomada por muy pocos votantes -aunque éste es un método copiado de los Oscar, en Hollywood hay tantos técnicos por cada especialidad que no caben entre ellos camarillas ni rencillas-. O sea, que mientras por esos mundos de dios Almodóvar y sus películas causan furor y acumulan premios, aquí se sienten rechazados por sus compañeros de la Academia. Si no nos quieren, nos vamos. Y se han ido. Al calor de esta doble dimisión, se han alzado algunas voces de apoyo, incluso ampliando la protesta para pedir más transparencia académica. Una nueva bronca que probablemente no le interese demasiado al espectador común, al que puede que tan sólo le quede la imagen de que el cine español es una fatua jaula de grillos que se pelean entre sí.
A los hermanos más famosos del cine español no les falta razón en lo que dicen. Éste es un país cicatero que mantiene su tradición de no dar pan ni agua a quien triunfa, especialmente si lo hace fuera de las fronteras, y Almodóvar es hoy un punto de referencia en cualquier rincón del mundo. Por más que aquí se empeñen, es probablemente el director más universal.
No obstante, ni el momento ni las maneras de su protesta parecen afortunados. Más que un tema para el debate, lo suyo tiene el aspecto de una pataleta, poniéndoselo en bandeja a los de la trama facha que disfrutan viendo cómo se despedazan sus enemigos. Están armando tanto lío los del cine español con sus lamentos que para congraciarse con el público no les va a quedar más remedio que hacer muchas buenas películas. Que va siendo hora.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.