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Dos propuestas sobre la relación del espectador con el arte contemporáneo

Fundación Telefónica expone a Dora García y Matthew Buckingham

La exposición tiene título de tratado, de ensayo, Introducción a una estética científica. La comisaria Chus Martínez ha reunido en su proyecto a los artistas Dora García (Valladolid, 1965, reside en Bruselas) y Matthew Buckingham (Nevada, Estados Unidos, 1963, vive entre Berlín y Nueva York) para que muestren sus propuestas sobre las relaciones del espectador con el arte contemporáneo y el empleo de la tecnología. Ayer presentaron sus trabajos en las salas de la Fundación Telefónica, de Madrid (Gran Vía, 28, www.fundacion.telefonica.com, hasta el 27 de marzo).

"Es un proyecto para este lugar concreto, y tanto la exposición como el catálogo quieren investigar sobre hipótesis de trabajo de los artistas en torno al arte contemporáneo y el espectador", declaró Chus Martínez. "En estas propuestas se habla de la necesidad de comunicación y de la experiencia estética. Es difícil hablar de belleza, pero sí de emoción y de discurso. Es también una forma de utilizar la imagen y su dimensión visual, que forma parte de nuestra realidad cotidiana. La reinvención del espacio de la cultura, hablar de la condición moderna, de valores, de un espacio político".

Los dos artistas trabajan con tecnologías diferentes. Para la comisaria, Dora García utiliza el ordenador y la realidad virtual como una manera de estar siempre presente en un espacio ocupado por objetos y el espectador junto con la presencia de la artista, como ocurre en el juego de la instalación La esfinge. El estadounidense Matthew Buckingham, en su primer trabajo en España, utiliza baja tecnología, como proyectores de 16 milímetros y de diapositivas, además de la fotografía.

El proceso de la historia

En la parte baja de la sala se ha colocado la obra de

Buckingham, en torno a la coexistencia entre lenguaje, identidad, cultura e historia. Las tres instalaciones que presenta están relacionadas con la escritura de la historia y el papel que juega cada uno de nosotros en ese proceso. En Absalon aparece la imagen de un monumento proyectada de una diapositiva, que se mantendrá durante toda la exposición hasta que pierda el color, mientras que una fotografía del monte Rushmore plantea el futuro de este símbolo cultural.

En otros espacios, el artista ha colocado una proyección de diapositivas con sonido y una instalación fílmica con sonido y cristal semirreflectante, lo que provoca la proyección de la misma imagen sobre superficies distintas, con una narración que incluye al espectador. La película se filmó en Viena en 2003 y se basa en el relato El hombre de la multitud, de Poe, en una secuencia de 20 minutos donde se relaciona la ficción y la realidad. La comisaria señala que las instalaciones del artista "están siempre referidas de una forma muy sutil y sofisticada al éxito o al fracaso del poder".

En la parte superior, Dora García ha utilizado una pared para realizar la instalación Frases de oro (como "Mentes demasiado abiertas pueden perder masa encefálica"), como una expresión del poder anónimo, y una nueva versión de La esfinge, donde establece un juego con el espectador, que tiene que contestar con un ratón sí o no a una serie de preguntas que lanza la artista, como "¿Estás enamorado?", "¿Dios existe?", "¿Tienes sed?". La respuesta correcta identifica al visitante con la opinión de Dora García.

El catálogo, en español e inglés, como todo el proyecto, quiere ser, según la comisaria, una herramienta para entender las piezas, "una extensión del espacio expositivo". Incluye material gráfico de otras intervenciones de los artistas, además de las obras expuestas, con textos de Chus Martínez, donde explica las intenciones de estos trabajos sobre la forma de entender y construir la experiencia estética, y ensayos de Eva Wittocx y Mark Godfrey sobre cada uno de los artistas.

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