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ELECCIONES EN IRAK | Resumen de la jornada

Los iraquíes desafían al terror con votos

El 60% de los electores acudió a las urnas en una jornada marcada por 20 ataques que causaron 45 muertos

Ángeles Espinosa

Los iraquíes desafiaron ayer a los insurgentes y votaron en mayor número de lo esperado para elegir la Asamblea Nacional que redactará la nueva Constitución de su país. A pesar de la audacia de los rebeldes, que lograron burlar las enormes medidas de seguridad y llevar a cabo diversos atentados, sobre todo en Bagdad, los comicios se celebraron en un ambiente festivo en la mayor parte del país. "Hemos esperado mucho tiempo para ver este día", explicaba a esta enviada Safat Husein, que ofrecía caramelos a los votantes a la salida de la escuela Ibn Jatib, en el barrio bagdadí de Karrada. Al menos 45 personas, incluidos 10 suicidas, perecieron en ataques contra colegios electorales y votantes en todo el país.

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"La participación supera nuestras expectativas a pesar de los atentados de las primeras horas", dijo Carlos Valenzuela, el representante de la ONU en la Comisión Electoral Independiente. Al concluir la jornada, el portavoz de ese organismo, Farid Ayar, estimó en un 60% la participación media en todo el país, aunque reconoció que hasta hoy o mañana no habrá cifras exactas. La distribución, en cualquier caso, fue desigual. En varias ciudades del sur del país, mayoritariamente chií, y del norte kurdo hubo que extender dos horas la apertura de los colegios electorales ante la afluencia de votantes. Pero en ciudades suníes como Faluya, Ramadi o Samarra, los electores acudieron con cuentagotas.

Endomingados y en familia, los iraquíes se desplazaron a los colegios electorales andando porque estaba prohibido el tráfico rodado. En la capital, ni siquiera les desanimaron las fuertes explosiones que siguieron de forma intermitente desde primera hora de la mañana. A diferencia del día anterior, las calles se llenaron de gente, incluidas numerosas mujeres y niños que aprovechaban la ausencia de vehículos para jugar al fútbol en medio de la calzada. Junto a ellos, soldados iraquíes sobre carros y vehículos blindados exhibían orgullosos la bandera nacional. Las patrullas norteamericanas pasaban raudas por las arterias principales.

El inusitado día sin coches no disuadió a los rebeldes. Diez atentados suicidas y varios ataques de mortero ensangrentaron las elecciones en Bagdad, donde se produjeron la mayoría de las víctimas. También hubo acciones insurgentes dignas de mención en Mosul, Kirkuk, Balad, Duluiya, Baquba, Hilla y Jan al Mahawil.

Ataques suicidas

En Ciudad Sáder, una barriada popular chií del este de la capital, cuatro personas murieron por otro ataque suicida junto a un colegio electoral. Al otro lado del Tigris, en Mansur, un suicida detonó sus explosivos junto al control de entrada a un centro de voto matando a tres policías y un civil. Acciones similares se llevaron por delante a otras 13 personas en diversos puntos de la ciudad. A media mañana, corría la voz de que varios suicidas más rondaban el centro con cinturones explosivos adosados a sus cuerpos. Tampoco eso frenó a quienes querían votar, que fueron más de los que pudieron hacerlo.

El fotógrafo Abdalá y su familia, que a las amenazas añadían la dificultad que suponía estar empadronado en otro distrito y no poder trasladarse hasta allí, lo intentaron en tres colegios electorales de su barrio. "No ha habido suerte", lamentaron de regreso a casa, pero al menos habían compartido por un rato la euforia con los vecinos con los que se dieron el paseo.

La escuela primaria de niños Ibn Jatib, Salwa trataba de sortear el mismo obstáculo. "Yo vivo en Kut, pero llevo varias semanas en Bagdad cuidando a mi abuela, he venido a acompañarla a votar y me gustaría poder hacerlo también", explicaba la joven. "Lo siento pero no es posible", le respondió la directora del centro y responsable de las votaciones, Muna Aluan Husein. "He tenido varios casos similares durante la mañana", confiaba preocupada.

Y es que a falta de censo propiamente dicho, la Comisión Electoral ha utilizado como base de los listados las cartillas de racionamiento a través de las que los iraquíes reciben cada mes productos básicos como arroz, azúcar o aceite. Las cartillas se distribuyen por unidad familiar y, en consecuencia, el justificante para acudir a votar es uno para todos sus miembros, aunque era posible ir al colegio de forma individual siempre que se presentara el volante.

Pero, como un espejo del resto del país, la participación en la capital varió según los barrios. En el distrito de Adhamiya, mayoritariamente suní, no abrió ninguno de los cuatro colegios electorales previstos, según manifestaron residentes contactados por teléfono. En total, fueron 5.178 los colegios operativos en todo el país.

Las imperfecciones del sistema también causaron algunos inconvenientes. En el barrio de Aalam, la abuela de Zeinab no logró encontrar su colegio electoral. "Acudió a todos los de la zona, pero de cada uno le mandaban a otro y en ninguno estaba el nombre de la gente que le distribuye las raciones", se quejaba la joven que aún no tiene los 18 años necesarios para votar. "Todo es un montaje, una gran mentira", decía por su parte Tarek, un universitario que si tenía edad para participar en la elección pero que al parecer estaba dolido porque le habían registrado como mujer y no había logrado corregir a tiempo el error.

La Comisión Electoral reconoció además problemas logísticos como la falta de urnas en algunos colegios de la provincia de Dhiqar. Con las urnas llenas, se optó por trasladar a otros centros menos concurridos a los votantes que aún esperaban para introducir sus papeletas.

"He votado en el mismo colegio electoral que el jerife Alí", comentaba a un grupo de amigos Yabbar, un joven que trabaja en un centro de juegos en red. Yabbar no votó al Movimiento por la Monarquía Constitucional sino a los chiíes de la Alianza Unida Iraquí, pero le satisfacía que todo el mundo pasara por el proceso de identificación, voto y marcado del índice con tinte indeleble. Aun así, para los miembros del Gobierno provisional y otras autoridades se habilitó un colegio especial dentro del Centro de Convenciones en la Zona Internacional, en teoría la más protegida de Bagdad.

Allí votaron, a primera hora del día, el presidente Ghazi al Yauar, el primer ministro Ayad Alaui y muchos de los miembros del Gobierno. "Lo más importante es que estamos cumpliendo el calendario", declaró Alaui, que volvió a animar a los iraquíes a participar en los comicios.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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