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Entrevista:VITTORIO STORARO | Director de fotografía | NOTICIAS Y RODAJES

"Al agotar un camino debes tener el coraje de volver a empezar"

Maribel Marín Yarza

Cuando Vittorio Storaro (Roma 1940) recibió en 1979 el primer Oscar de su carrera por la fotografía de Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola, logró también el reconocimiento de su crítico más implacable: el de su padre, un proyeccionista del Lux Studio que soñaba con crear las imágenes que proyectaba y acabó por transmitir esa ilusión a su hijo. "Nunca hasta entonces me había dicho ¡bravo!", cuenta. Y fue justo entonces cuando decidió alejarse de los set de rodaje. "Necesitaba reflexionar. Cuando has agotado un camino debes tener el coraje, la fuerza y la humildad para volver a empezar", confesó recientemente tras inaugurar en la Sala Kubo del Kursaal de San Sebastián, Escribir con la luz, una exposición que resume su carrera a través de un documental y 200 imágenes, la mayoría de doble impresión.

Esta filosofía de avances y retrocesos ha presidido su trayectoria, le ha servido para cosechar otros dos oscars - por El último emperador, de Bernardo Bertolucci, y Reds, de Warren Beatty- y para ganarse el respeto como uno de los mejores cinematógrafos del mundo. Cinematógrafo, sí. Storaro pide que se le presente así. "No ponga que soy director de fotografía. Escribo con la luz en movimiento, soy cinematógrafo", dice. "Además, usar ese término es una falta de respeto hacia el señor Saura, el señor Bertolucci... Ellos son los directores de la orquesta, yo sólo el violín (...) Porque lo que importa es siempre la historia. Aunque no es cierto que la mejor fotografía es la que pasa desapercibida. ¡No! Se debe ver, igual que debe sentirse la música (...). Yo soy libre de hacer lo que quiero, pero siempre siguiendo los tempos que marca el director".

Lo que ha hecho libremente durante 35 años ha sido investigar para reinventar la fotografía cinematográfica desde distintas disciplinas. Inspirándose lo mismo en Caravaggio que en Magritte, en Dalí que Walt Disney, en Platón que en Wittgenstein. La prueba está en Escribir con la luz, inspirada en su trilogía de libros sobre la luz, el color y los elementos, que en breve completará con una cuarta publicación dedicada a su relación con Saura (Tango o Flamenco). "No deseo trabajar con otro director español. Saura es una de las más grandes personalidades que he conocido y ahora me siento en armonía con él", afirma. "Creo que le he transmitido un conocimiento sobre las emociones del color que antes no tenía. Y él me ha educado en la música". A Saura, como a otros grandes realizadores, le une una "relación magnética". "Por eso sigo colaborando con ellos".

La exposición, que sale por primera vez de Italia, muestra hasta el 17 de abril una perspectiva nunca vista de películas como Último tango en París, de Bertolucci; Dick Tracy, de Beatty, o Corazonada, de Coppola; la que ha creado Storaro con la superposición de fotografías fijas que captó durante los rodajes y que ahora presenta como imágenes de doble impresión. "No soy un buen fotógrafo. Pero creo ser un buen cinematógrafo y por eso necesito como mínimo dos imágenes para establecer un diálogo, para explicar la relación de dos personajes, para narrar". En el Kursaal, presenta 200, la mayoría dobles impresiones agrupadas por películas, 22 gigantografías con retratos de famosos actores y 38 reproducciones artísticas en las que Storaro ha encontrado inspiración.

Vittorio Storaro, en San Sebastián.
Vittorio Storaro, en San Sebastián.JESÚS URIARTE

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