_
_
_
_
ELECCIONES EN IRAK

Los insurgentes aumentan la presión sobre los candidatos y votantes a seis días de los comicios

Un coche bomba lanzado contra la sede del partido del primer ministro causa 10 heridos

Ángeles Espinosa

Un coche bomba conducido por un suicida se lanzó ayer contra la sede del partido del primer ministro iraquí, Ayad Alaui. La barrera de seguridad impidió que la carga explosiva afectara al edificio. Aun así, una decena de personas resultaron heridas. "Sin duda es un mensaje para decirnos que pueden golpear a cualquiera, sin importar cuánto se proteja", declaró Rayaá al Juzai, que comparte lista electoral con Alaui y llegó a las oficinas poco después del atentado. La intimidación de los insurgentes también alcanza a numerosos empleados electorales y votantes, lo que plantea dudas sobre su efecto en las elecciones legislativas del próximo domingo.

Más información
Faluya vive las elecciones con indiferencia y sin fe en la política
Irak no es El Salvador
El escándalo de las torturas salpica también a las fuerzas de seguridad iraquíes
Un grupo insurgente iraquí divulga un vídeo en el que muestra a un rehén estadounidense

"Es el tercer ataque contra estas oficinas", señaló por teléfono Al Juzai en referencia a la sede del Acuerdo Nacional Iraquí, el partido de Alaui, que se halla dentro de la fuertemente protegida zona verde. Según su relato, la mayoría de los heridos son empleados del partido que a la hora del atentado llegaban a su trabajo. El primer ministro no se encontraba allí en ese momento. Alaui, que desde su nombramiento el pasado junio ha tratado sin éxito de implicar en el proceso político a los sectores que alimentan la insurgencia, ha establecido medidas de seguridad draconianas para la jornada electoral.

"Las últimas 72 horas son muy importantes", admite Al Juzai, "porque la presión crece por minutos". Pone el ejemplo de una de sus compañeras de candidatura, una profesora de la Facultad de Agricultura que prefiere que no se difunda su nombre. "Anoche me llamó a casa y me pidió que informara al partido de que se retiraba; le pregunté por qué no telefoneaba ella misma al jefe de campaña, y me respondió que no quería hacer ninguna llamada a las oficinas del partido. Estaba muy asustada", resume Al Juzai. Al parecer, su interlocutora había recibido varias amenazas telefónicas contra ella y su familia.

Las represalias sobre la familia son lo que más preocupa a los iraquíes, dentro y fuera del país. En Ammán, a 1.000 kilómetros de Bagdad, y donde uno se creería a salvo de esas presiones, el largo brazo de la intimidación también está haciendo estragos. Shatha (no es el verdadero nombre) se casó con un jordano y lleva 15 años fuera de su país. Al principio se entusiasmó con la idea de poder votar. "Ayudaría a cambiar el sistema político y tal vez en el futuro sería más fácil visitar a mis familiares", confía. Hasta que una llamada de casa le pidió que se mantuviera lejos del proceso electoral. "Han recibido amenazas de que si ellos o alguien de los suyos vota, lo pagarán caro. Prefiero no correr riesgos", admite.

Miedo

Los funcionarios del Organismo Internacional de Migraciones (OIM) reconocen que muchos iraquíes temen que si se inscriben en el censo electoral revelarán su presencia ilegal en Jordania y serán expulsados. Por ello han pegado carteles prometiéndoles la confidencialidad de sus datos. Sin embargo, el mayor temor de los iraquíes son los agentes de los antiguos servicios secretos de Sadam, que pueden estar pasando datos a la insurgencia. "Aunque no creo que les dejen actuar en este país, nunca sabes qué puede pasar luego", declara un sastre que trabaja en el centro de Ammán. Él no va a molestarse en votar.

"Acudir al colegio electoral significa que entras en el infierno", advierte una pintada en la ciudad de Baquba, donde no se ven carteles electorales ni fotos de candidatos, según relata uno de los periodistas iraquíes que están siendo formados por el Institute for Peace and War Reporting (IPWR). Los insurgentes de esa ciudad, situada unos 50 kilómetros al norte de Bagdad, ya han probado que no bromean. A principios de mes mataron al jefe de la Comisión Electoral local, que en total ha perdido a 12 miembros asesinados. "Tuve que dejar mi trabajo tras encontrar cuatro amenazas consecutivas durante otros tantos días en mi jardín", le confesó Hashim Ahmed al Rubai, uno de los responsables de los listados electorales, al reportero de IPWR.

"A mi familia y a mí nos gustaría votar, aunque no sabemos nada sobre las elecciones, pero la situación no nos lo permite", le manifestó a otro informador Ahmed al Sheij Ayili, un ingeniero eléctrico, de 29 años, en Tikrit. "Todo lo que sabemos es que la lista de Tikrit incluye a 27 candidatos, pero no sabemos quiénes son o qué orientación tienen", añadió, "aunque el principal problema es que nos da miedo acudir al colegio electoral".

Miedo tienen también los periodistas iraquíes que reciben formación del IPWR, una prestigiosa ONG que está presente en la mayoría de los países que salen de una guerra o una dictadura. A diferencia de sus colegas afganos, ellos no firman sus trabajos por temor a ser identificados.

Simpatizantes del gran ayatolá Alí Sistaní pegan carteles en Bagdad.
Simpatizantes del gran ayatolá Alí Sistaní pegan carteles en Bagdad.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_