El presidente palestino anuncia que el alto el fuego con los israelíes es inminente

El alto el fuego es inminente, según anunció ayer el presidente palestino, Mahmud Abbas, en unas declaraciones efectuadas a la televisión palestina cuando se cumplía el sexto día de las negociaciones con los grupos radicales y milicias palestinos en un proceso encaminado a poner fin a la segunda Intifada. Pero el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) aseguró que para consolidar estas esperanzas de paz era necesario que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, efectuara contrapartidas, entre las que destacó el fin de la agresión y la liberación de prisioneros.

"Vamos a llegar a un acuerdo muy pronto. Hemos tenido un profundo y franco diálogo. Todo el mundo siente la responsabilidad y la importancia de poner fin a la actual situación en que nos encontramos", aseguró ayer por la tarde Mahmud Abbas en una entrevista difundida por el canal oficial de la televisión palestina y recogida por algunas estaciones árabes.

La entrevista de Abbas sirvió también para enviar un mensaje al Gobierno de Israel, al que recabó claras contrapartidas, entre las que citó "el fin de los ataques a la población, a sus ciudades y pueblos, dar por acabada la caza de los fugitivos, permitir el retorno de refugiados a sus casas, pero sobre todo, lo que es más importante, acabar con el problema de los prisioneros".

El mensaje de Mahmud Abbas a los israelíes no era un acto gratuito, sino una de las exigencias planteadas por las formaciones radicales palestinas, que la noche anterior le habían entregado una carta con 11 reivindicaciones, como contrapartida a una declaración de tregua. Estas reivindicaciones planteadas en principio por el movimiento fundamentalista Hamás fueron respaldadas también por el Comité de Fuerzas Nacionales e Islámicas, que asimismo mantuvo, antes de acabar la jornada, una reunión con el presidente en la sede del Gobierno de Gaza.

"Desde luego, la tregua es inminente, se lo puedo asegurar. Pero también le digo que no será a cambio de nada. No será gratuita. Pedimos contrapartidas y garantías", afirmó ayer en Gaza capital, Jalil Nofal, de 49 años, padre de siete hijos, diplomado en ingeniera técnica, miembro del equipo negociador de Hamás, y representante de la fuerza fundamentalista en el Comité de Seguimiento constituido por todas las facciones y grupos políticos de la franja de Gaza.

Jalil Nofal aseguró que la tabla reivindicativa de propuestas a los israelíes, a la que Mahmud Abbas, había aludido en su entrevista a la televisión, era el resultado de un debate interno, en el que habían participado de manera democrática los cuatro estamentos principales de su organización; los prisioneros, los representantes de Gaza, de Cisjordania, pero además los miembros del exilio, es decir, la dirección de Damasco, a la cabeza de la cual se encuentra Jaled Meshal.

"Necesitamos una respuesta de Israel a nuestras reclamaciones. Sólo entonces podremos anunciar efectivamente la tregua", concluyó tajantemente el portavoz fundamentalista, rehuyendo señalar una fecha de inicio de una tregua, la más importante y decisiva que pueden declarar los movimientos radicales, que promovieron la segunda Intifada.

Las declaraciones del presidente Abbas y del negociador de Hamás, Jalil Nofal, sirvieron además para disipar las confusas informaciones efectuadas horas antes por el ministro de Defensa de Israel, Saúl Mofaz, quien había anunciado por una emisora de Tel Aviv que había ya un acuerdo de principio para un alto el fuego, pero que éste sólo iba a durar poco menos de treinta días. El anuncio de los israelíes había caído como un jarro de agua fría para los ciudadanos de un lado y otro, que esperan el final de una revuelta que se ha cobrado ya cerca de 4.000 muertos.