Hacienda espera un déficit en torno al 0,5% en 2004, inferior a lo previsto

La buena marcha de la economía durante 2004 permitirá cerrar un ejercicio presupuestario mejor de lo anunciado. La diferencia entre ingresos y gastos rondará el 0,5% del producto interior bruto (PIB), frente al temor de que este desfase se aproximara a un punto tras asumir herencias de anteriores presupuestos y compromisos adquiridos, como la deuda de Andalucía, Renfe o RTVE. Los ingresos crecerán un 8% respecto a 2003 gracias a que el IVA se ha beneficiado de los altos precios de la vivienda y la compra de coches, así como por los beneficios empresariales.

El anunciado déficit para 2004 va a ser inferior a lo previsto. Poco después del verano, el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, adelantó que los desequilibrios en las cuentas del Estado ascenderían a un 1,8% del PIB. Aunque esta cifra quedaría más tarde suavizada con el resultado de la Seguridad Social y de los entes territoriales (comunidades autónomas y ayuntamientos), lo cierto es que el temor a que el cómputo final se acercase a un punto del PIB se extendió.

La vuelta a los números rojos tras cerrar el ejercicio 2003 con un superávit histórico del 0,3% del PIB (más tarde revisado al alza hasta el 0,42%) ponía al Gobierno en apuros, aunque Fernández Ordóñez explicara que el desfase sólo obedecía a una mejor fiscalización de cuentas anteriores y a la asunción de compromisos, como la deuda de Andalucía, la de Renfe, un aval concedido a Argentina o el reflejo del pasivo de RTVE.

Pero los ingresos han contribuido a embellecer las cuentas de este año. De pronosticar un 1,8% de déficit en la Administración central, esa cifra se quedará tres o cuatro décimas por debajo. Si el resto de capítulos se mantiene, como prevé el cuadro macroeconómico del Gobierno (superávit del 0,8% en la Seguridad Social y del 0,2% en los entes territoriales), el déficit total rondaría el medio punto. La cifra es similar a la ofrecida la semana pasada por la agencia de calificación Fitch, que calculó un desequilibrio del 0,6% para España. La cifra podría incluso mejorar si las cotizaciones a la Seguridad Social superan lo previsto, como ha ocurrido desde 1999.

En el otro lado de la balanza figuran las cuentas de los entes territoriales, en especial las de las comunidades autónomas, más proclives al déficit por gestionar los gastos más sujetos a desviaciones (sanidad y educación). En los últimos ejercicios las comunidades han registrado peores marcas de lo esperado, pese a que la Ley de Estabilidad Presupuestaria obliga a todas las administraciones a cerrar a cero.

Beneficios empresariales

Este año, la inyección de 2.500 millones de euros del Estado a Andalucía para saldar una liquidación del anterior sistema de financiación autonómica ha determinado que en la caja de las comunidades se espere un superávit de dos décimas. Sin embargo, 11 comunidades arrojaron déficit en 2003, aunque sólo dos de ellas (Cataluña y Valencia) con cifras significativas. Esto hace pensar a Hacienda que los entes territoriales cumplirán lo previsto y, por tanto, no descuadrarán el cómputo global.

La bonanza de los ingresos responde fundamentalmente a dos apartados concretos. En primer lugar, los beneficios de las empresas. La central de balances del Banco de España, que recoge datos de empresas no financieras españolas, arroja un incremento del 7,4% en el periodo comprendido entre el primer y el tercer trimestre de 2004 respecto al mismo periodo del año anterior. El resultado de este auge es que el impuesto de sociedades, que grava a las empresas en función de sus beneficios, se ha disparado este año, con crecimientos del 21,4% hasta noviembre (últimos datos disponibles).

El otro pilar que sustenta los ingresos es el IVA, espejo del consumo del país. La recaudación de este impuesto crece un 10,7%, en buena parte por el dinamismo de la construcción. La venta de vivienda nueva tributa a un tipo del 7% sobre el precio total, por lo que el encarecimiento favorece la recaudación.

Similar efecto se ha logrado por el volumen de ventas de coches, que registraron un récord el pasado año. También ha jugado a favor de la recaudación por IVA de importaciones el encarecimiento del petróleo, hasta máximos históricos el pasado año.

El impuesto más renqueante es precisamente el que se enfrentará a una profunda reforma este año: el IRPF. La rebaja fiscal de 2003 ha dejado sentir sus efectos en todo el ejercicio pasado, con la consiguiente merma de recaudación. Hasta noviembre, el avance era del 2,7% (si se toman sólo los datos de la Administración central, se registra una caída del 7,7%).