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El PP catalán decide participar en la reforma de la financiación de la Generalitat

Pedro Arriola, asesor de Rajoy, avala la inclusión del PP en el consenso sobre el Estatut

Enric Company

El Partido Popular (PP) de Cataluña no quiere quedar al margen de las negociaciones para la reforma de la financiación de la Generalitat. El Gobierno de Pasqual Maragall ha decidido negociar con Convergència i Unió (CiU) el capítulo de la financiación en la reforma del Estatut, y si esa negociación llegase a buen puerto, se reflejaría en una amplia mayoría parlamentaria de la que sólo quedaría fuera el PP. Pero el partido dirigido por Josep Piqué ha decidido que quiere participar en los grandes consensos políticos en Cataluña.

De la misma forma que en su día Piqué decidió que el PP debía entrar en la ponencia parlamentaria para la reforma del Estatut, el sábado, en la primera reunión de su comité político tras los congresos regional y provinciales, resolvió que también quiere entrar en la reforma de la financiación de la Generalitat.

El capítulo de la financiación será probablemente uno de los más complejos en la reforma del Estatut. Los partidos catalanes quieren reducir la distancia, a su juicio excesiva, entre la financiación per cápita que proporciona el sistema vigente para las comunidades de régimen común respecto al sistema de concierto económico de que disponen el País Vasco y Navarra.

La posición del PP catalán sobre este asunto era hasta el sábado que los acuerdos de financiación autonómica firmados en 2001 por los gobiernos de José María Aznar y Jordi Pujol habían resuelto la cuestión. Mantener ahora este criterio habría dejado al PP fuera de la negociación de un aspecto del Estatut en el que los demás partidos catalanes conectan muy bien con las patronales y con un sentimiento difuso existente en la sociedad de que Cataluña aporta a las arcas del Estado más de lo que le corresponde.

Todo esto no significa que vaya a ser fácil un acuerdo sobre este asunto. Al revés. CiU se dispone a hacer valer el peso de su grupo parlamentario, cuyo concurso es imprescindible para alcanzar la mayoría de dos tercios exigida para aprobar el proyecto de reforma.

En esa negociación el PP quiere poner sobre la mesa que, contra lo que suelen pregonar los nacionalistas, la financiación de la Generalitat no es un asunto bilateral con la Administración central, sino que afecta a todas las comunidades y que, por lo tanto, el acuerdo con el PP es doblemente necesario, por su condición de segunda fuerza en las Cortes y como partido gobernante en numerosas comunidades autónomas. En el PP predomina el criterio de que si bien el Estatut puede incluir orientaciones sobre la financiación, éste es un asunto que se resuelve mediante legislación y acuerdos específicos.

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El cambio de posición fue adoptado el sábado en una reunión del comité político, organismo compuesto por los principales dirigentes del partido, más algunos invitados expresamente por Piqué. Los asistentes a este encuentro, celebrado en un hotel de Castelldefels, escucharon un informe del sociólogo Pedro Arriola, asesor de Mariano Rajoy ahora en la presidencia del PP y antes de José María Aznar, sobre la evolución electoral del partido en Cataluña.

Según explicó Daniel Sirera, portavoz del PP de Cataluña, los estudios de Arriola avalan plenamente la línea de moderación impulsada por Piqué. "Los estudios de opinión nos indican que el PP puede acceder de nuevo al Gobierno de España si recupera el papel como partido centrista, dialogante, moderado y capaz de alcanzar consensos sociales y políticos", dijo el portavoz. Este papel resultó perjudicado por decisiones como la de participar en la guerra de Irak, por ejemplo, y el subsiguiente enrarecimiento del clima político general.

En Cataluña, estos estudios detectan que se ha reforzado el desplazamiento de antiguos electores de CiU hacia el PP. El objetivo ahora es consolidar y aumentar esta tendencia, sin hacerla incompatible con la búsqueda de votos entre la fracción menos catalanista del electorado socialista.

A estas consideraciones no son ajenos los esfuerzos de Piqué para que el PP participe en la reforma del Estatut. El sábado se decidió celebrar una reunión del comité político dedicada estudiar de forma monográfica la orientación que seguir en la elaboración del proyecto de esta reforma. Algunos dirigentes del PP catalán, como Alberto Fernández Díaz, han reclamado en las últimas semanas que la reforma no se centre en las cuestiones identitarias y garantice el pluralismo lingüístico, refuerce el compromiso de Cataluña con España y potencia la iniciativa privada en la economía.

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