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Barcelona tendrá radares fijos en las principales vías de acceso

El 18% de las pruebas de alcoholemia realizadas en 2004 dieron resultado positivo

Blanca Cia

Primero fueron las rondas y ahora serán las principales vías de acceso, y dentro de la ciudad, las que tendrán radares fijos para controlar la velocidad. El año pasado fue el primero íntegro en el que funcionaron los radares en las rondas y los responsables de Vía Pública del consistorio y la Guardia Urbana consideran que ese hecho tiene bastante que ver con la disminución de la siniestralidad.

El número de accidentes de las rondas cayó el 23%: en 2003 se registraron 554 y el año pasado 426. De los 10.695 accidentes contabilizados a lo largo del año pasado en Barcelona, el 4% se produjeron en las rondas. Los accesos a la ciudad y una cincuentena de puntos concretos de la red viaria son los que concentran el grueso de los accidentes. Por eso, el consistorio ha optado por colocar más radares fijos en los dos sentidos de la entrada sur de la Diagonal, en la Meridiana, en la Via Augusta y en la Ronda del Mig, en el tramo comprendido entre Mitre y Badal. El proyecto ha sido licitado y adjudicado, y se prevé que los radares entren en funcionamiento a mediados de año.

Las estadísticas de la siniestralidad de 2004 muestran un descenso. El número de accidentes disminuyó el 4%; el de lesionados, el 4,2%, y las víctimas mortales fueron 42, frente a las 46 de 2003. La tendencia a la baja se inició hace cuatro años y concretamente el número de accidentes de 2004, un total de 10.695, es el menor desde hace 10 años.En los cruces de buena parte del centro de la ciudad se registran el 56% de los accidentes con heridos. Y si se toma como referencia el tipo de calle, el 43% ocurren en la red local de circulación y el 20,1% en las vías de acceso. En Barcelona hay 50 puntos en los que se producen anualmente más de 10 accidentes en un espacio de 15 metros. Algunos de ellos son las intersecciones de la Gran Via, Aragó y el tronco central de Diagonal, aunque se empiezan a observar puntos conflictivos en algunos cruces de Sant Martí.

Más control y revisión de la señalización en esos puntos serán las medidas que se adoptarán este año para disminuir la siniestralidad. Jordi Hereu, concejal de Via Pública del consistorio, manifestó ayer que se aumentará la presencia de agentes de la Guardia Urbana: "Es evidente que la mera presencia de guardias influye en la prudencia de los conductores". Por ejemplo, evita que se salten los semáforos, una costumbre muy arraigada, según evidencian las cifras de las causas directas de los accidentes. La primera es el despiste (2.186 accidentes en 2004), y la segunda (1.211), no hacer caso del semáforo. Pese al anuncio del concejal de que habrá más agentes, algunos responsables de ese cuerpo apuntaban un lacónico "somos los que somos".

En algunos de esos cruces críticos se ha empezado a actuar pintando rayas en la calzada y colocando letreros antes de las intersecciones, como en Diagonal-Roger de Llúria. En cuanto a la siniestralidad de las vías de la red local, Hereu precisó que es necesario "pacificar" el tráfico con las denominadas zonas 30, en las que los vehículos no puedan exceder esa velocidad. Ese proyecto ha sido anunciado por el consistorio en alguna ocasión, pero no se ha puesto en práctica.

De los cerca de 13.000 heridos en accidentes el año pasado, el 62% eran hombres y el 38% mujeres. Un tercio de ellos viajaban en turismo; casi la mitad en motocicletas, ciclomotores y bicicletas, y el 13% fueron peatones atropellados. Catorce peatones fallecieron el año pasado, frente a los 17 de 2003. Menores de 16 años y mayores de 60 son los dos segmentos en los que se producen más fallecimientos de peatones. En el caso de los jóvenes menores de 30 años heridos, cerca de la mitad iban en ciclomotor. El porcentaje de adultos heridos vuelve a ser muy alto entre los usuarios de motocicletas.

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Las estadísticas demuestran que el turismo es el vehículo que se ve implicado en más de la mitad de los accidentes; el ciclomotor, en el 17,2%, y las motocicletas, en el 15%. El único vehículo que incrementó la siniestralidad en 2004 frente a 2003 fue la bicicleta, aunque con cifras muy bajas: 337 accidentes el año pasado, frente a los 270 de 2003. Este aumento se asocia al creciente número de usuarios de esa modalidad de transporte, que hasta hace poco era casi exclusiva de los fines de semana.

Otra cosa que ponen de manifiesto los controles de alcoholemia es que hay muchos conductores que dan positivo. El año pasado se hicieron 43.826 pruebas, de las que 8.094 fueron positivas, y un millar de conductores fueron detenidos. Esa cifra representa que el 18% de las pruebas dieron resultado positivo. Los controles se realizan todos los días a cualquier hora, aunque se intensifican los fines de semana. El año pasado los agentes impusieron 259.819 sanciones por exceso de velocidad, 51.000 por no respetar los semáforos, algo más de 28.000 por hablar por el móvil, cerca de 10.000 por no llevar el cinturón de seguridad puesto y unas 5.600 por no utilizar casco o llevarlo suelto.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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