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VIOLENCIA EN IRAK

Un soldado británico juzgado por torturas en Irak asegura que cumplía órdenes

Tony Blair confiesa sentir asco por las fotos que se han publicado, pero defiende al Ejército

El abogado defensor del cabo Daniel Kenyon acusó ayer a los superiores de éste de ser los responsables de los malos tratos que recibieron varios ciudadanos iraquíes detenidos por tropas británicas el 15 de mayo de 2003 en las cercanías de Basora. El primer ministro británico, Tony Blair, confesó ayer su "asco" por esos abusos, revelados por 22 fotos difundidas el martes, pero los redujo a una minoría "que no mancha el buen nombre de la inmensa mayoría de los 65.000 soldados británicos que intervinieron en Irak".

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Desde que hace meses se supo que las tropas británicas podían haber estado implicadas en abusos, el Gobierno y el Ejército han intentado acotar el problema a casos aislados. Pero las acusaciones no son fruto de mecanismos internos de control, sino de una casualidad: el encargado de una casa de revelado vio las fotos de los abusos en un carrete de un soldado recién llegado de Irak y las hizo llegar a la policía militar. El soldado, el fusilero Gary Bartlam, fue condenado la semana pasada por diversos delitos conectados con esas fotografías, pero el juez ha declarado secretos los detalles del caso para no interferir en el juicio que se sigue en Osnabruck (Alemania).

En una base británica en esa población alemana están siendo juzgados los tres supuestos autores de los desmanes a presos. En ellas se aprecia a uno de los acusados, el cabo lancero Darren Larkin, pisoteando a un prisionero, y a otro, el cabo lancero Mark Cooley, simulando un puñetazo o amenazándole con patearle la cabeza. En otra, un iraquí es obligado a colgarse de una grúa en marcha. En las más humillantes, dos presos desnudos saludan con el pulgar hacia arriba obligados a mostrar su satisfacción por el coito anal que pretenden haber mantenido.

"Un héroe de guerra"

El cabo Daniel Kenyon, que la víspera se declaró inocente de los seis cargos presentados contra él, no ha negado los hechos: los atribuyó a través de su abogado a órdenes de la superioridad. Kenyon, según su abogado "un héroe de guerra" que salvó la vida a varios compañeros durante la guerra, no habría hecho más que aplicar la mano dura que había pedido el mando: "Trabajadles duro", pidió el mayor Dan Taylor, responsable de la Operación Alí Babá para acabar con el pillaje en las calles de Basora.

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Un centenar de soldados salieron a patrullar las calles de la ciudad el 15 de mayo de 2003, dos semanas después de la caída de Sadam Husein, para cortar el pillaje. Una vez en la base británica, los detenidos fueron repartidos en grupos de tres o cuatro y distribuidos entre los soldados de servicio para "trabajarles duro". La sección del cabo Kenyon recibió a tres detenidos. Poco después se tomaron las fotografías. El máximo asesor legal del Ejército británico en Irak, el teniente coronel Nicholas Mercer, afirmó ante el tribunal que dio órdenes muy precisas sobre cómo debían ser tratados los prisioneros en Irak tras recibirse numerosas quejas sobre el trato a civiles detenidos. Mercer confirmó que, de acuerdo con la Convención de Ginebra, sólo se podían tomar fotos de ellos para facilitar su identificación. Las fotos tenían que ser "humanas y dignas", dijo.

"Vergüenza" para todos

La difusión de las fotografías ha constituido un duro golpe para el Ejército británico y para el Gobierno, pero también para todo el Reino Unido, siempre dispuesto a presumir del trabajo más humano y pegado al terreno desplegado por sus tropas en Irak, frente a la frialdad y aparatosidad atribuida a los soldados de Estados Unidos. "Vergüenza para Gran Bretaña", "La vergüenza del Ejército", "Bárbaro", proclamaban ayer los diarios británicos.

El primer ministro, Tony Blair, proclamó en su habitual comparecencia parlamentaria de los miércoles su "espanto y consternación" por las fotografías, pero precisó que "la inmensa mayoría de las tropas británicas en Irak han actuado con distinción, coraje y gran honor para su país". "La diferencia entre tiranía y democracia no es que en la democracia no ocurran cosas malas, sino que la gente tiene que rendir cuentas por ello", precisó.

Blair descartó que el Ejército vaya a necesitar ahora más tropas en Irak porque después de estas fotografías su trabajo vaya a ser más difícil durante las elecciones iraquíes. El número actual de tropas es "satisfactorio y suficiente", dijo.

El cabo lancero Mark Cooley simula un puñetazo a un prisionero.
El cabo lancero Mark Cooley simula un puñetazo a un prisionero.AP
Dos prisioneros iraquíes obligados a simular un acto sexual.
Dos prisioneros iraquíes obligados a simular un acto sexual.EFE

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