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VIOLENCIA EN IRAK

Una cadena de atentados con bomba causa al menos 26 muertos en Bagdad

La ONU cree que el nivel de violencia es "muy grave", pero no como para aplazar los comicios

Ángeles Espinosa

Los cinco coches bomba que estallaron en la mañana de ayer en Bagdad confirmaron los temores de un incremento de la violencia durante la Fiesta del Sacrificio. Al menos 26 iraquíes perdieron la vida y más de 20 resultaron heridos en la sucesión de atentados, principalmente dirigidos contra puestos de policía. Tanto al sur como al norte del país, hubo otros incidentes con víctimas mortales. Carlos Valenzuela, consejero electoral de la ONU en Irak, calificó el nivel de intimidación de "muy grave", pero no como para cancelar los comicios del próximo día 30.

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Apenas pasaban cinco minutos de las siete de la mañana (dos horas menos en la España peninsular) cuando una explosión volvió a sacudir el barrio de Yadriye, a 500 metros en línea recta de donde el día anterior se produjo el atentado contra un importante partido político chií. El objetivo en esta ocasión era la Embajada de Australia, que estaba planeando su traslado a la "zona verde", en la otra orilla del Tigris. Un camión cargado de explosivos se dirigió contra el perímetro, desde hace meses rodeado de bloques de hormigón, y aunque uno de los guardias iraquíes se percató de sus intenciones y disparó, no pudo evitar su detonación. Ese vigilante y su compañero resultaron muertos, además de dos soldados australianos heridos.

A continuación, y con una cadencia aproximada de más de media hora, se sucedieron otros tres atentados. El más asesino de todos, frente a una comisaría cercana al hospital de Al Alawi, en el centro de la capital. Aunque las cifras de víctimas facilitadas por los militares estadounidenses y las autoridades iraquíes resultaron dispares a lo largo de todo el día, al menos 17 personas podrían haber muerto en este incidente, entre ellas una mujer policía. Los que le siguieron confirmaron que los agentes de ese cuerpo eran el principal objetivo: dos puestos de control en los accesos al aeropuerto internacional y en las cercanías del antiguo aeródromo de Al Muthanna, y una oficina bancaria en la que los policías cobraban su sueldo.

De nuevo, el grupo de Abu Musab al Zarqaui se atribuyó los atentados en una página web islamista. Fueran quienes fueran los autores, nadie duda de que su objetivo es tratar de impedir la celebración de las elecciones del próximo día 30. "El nivel de intimidación es muy grave", reconoció a los periodistas en Bagdad Carlos Valenzuela, responsable del equipo de asesoramiento electoral de la ONU. No obstante, este funcionario descartó su suspensión. En su opinión, sólo una matanza continuada o una dimisión en bloque de los empleados electorales impedirían celebrar los comicios.

El repentino aumento de los ataques rebeldes coincide con el inicio de la Fiesta del Sacrificio, en la que los musulmanes conmemoran la disposición de Abraham a sacrificar a su hijo Ismael, precisamente en Ur, a 500 kilómetros al sur de Bagdad. La leyenda cuenta que el arcángel Gabriel sujetó en el último momento la mano de Abraham, quien en su lugar honró a Dios matando un cordero. Igual hacen hoy millones de musulmanes en todo el mundo, que luego distribuyen su carne entre los pobres. Son días de perdón y espiritualidad, pero también se produce un aumento del fervor religioso que los cabecillas de los grupos insurgentes pueden utilizar para incitar a sus seguidores a nuevos actos de violencia bajo la coartada de la guerra santa, la yihad.

Ya sucedió en 2004, cuando el primer día de la festividad, dos atentados simultáneos en las sedes de los dos principales partidos kurdos mataron a 109 personas en Erbil. Un mensaje de Osama Bin Laden animaba entonces a luchar "contra los cruzados y los judíos". En esta ocasión, el líder de Ansar al Sunna, el grupo que reivindicó los atentados de Erbil, ha enviado una "felicitación a todos los musulmanes" en la que habla de que "los cowboys se han apropiado de países y riquezas musulmanas".

Soldados estadounidenses y policías iraquíes examinan los restos del coche de uno de los suicidas en Bagdad.
Soldados estadounidenses y policías iraquíes examinan los restos del coche de uno de los suicidas en Bagdad.REUTERS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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