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El presidente palestino ordena impedir los ataques contra Israel

Los radicales de Hamás desobedecen a Abbas

El presidente palestino, Mahmud Abbas (también conocido como Abu Mazen), ordenó ayer a los responsables de seguridad adoptar medidas concretas sobre el terreno para impedir los ataques de las milicias radicales contra los israelíes. La orden fue automáticamente contestada por las Brigadas de Ezzedine al Qasam, el brazo armado de Hamás, que anunciaron su intención de proseguir los ataques contra Israel hasta el fin de la ocupación.

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La orden de Abu Mazen supone la puesta en marcha de un ambicioso plan diseñado por el Consejo Nacional de Seguridad, asesorado por consejeros egipcios, europeos y norteamericanos, en el que se incluyen dos importantes decisiones: la primera, el despliegue de las fuerzas policiales en todas las carreteras y en los cruces de la franja de Gaza impidiendo así que los artilleros se sitúen cerca de la frontera desde la que habitualmente se dispara contra los territorios israelíes. La segunda, la orden de integrar las milicias de las Brigadas de Al Aqsa en los cuerpos de seguridad, especialmente en la seguridad preventiva.

La decisión del presidente palestino con respecto a las Brigadas de Al Aqsa supone la revisión de la política mantenida hasta ahora con las milicias palestinas. La seguridad militar, que dirige el primo del presidente fallecido, el general Abu Musa, había venido desempeñando hasta ahora una misión secreta, la de localizar a los militantes de Al Aqsa infiltrados en las fuerzas de seguridad para proceder a su expulsión. Esta forma de operar había sido contraproducente, ya que los expulsados de las fuerzas de seguridad, azuzados por la miseria y el hambre, habían empezado a operar en la franja de Gaza por su cuenta, dedicándose a la extorsión y a los secuestros. La decisión de ahora de integrar las milicias en la policía no es nueva; la fórmula ha sido ya utilizada con éxito en otros países en una situación similar.

Con esta decisión, Abu Mazen lanzaba ayer un mensaje de buena voluntad al Gobierno de Israel pidiendo que reconsidere la decisión adoptada hace tres días de congelar todo contacto con los palestinos en represalia por el ataque suicida perpetrado en el paso de Karni, donde murieron seis israelíes. Sharon ordenó también a las tropas actuar sin freno contra los radicales de la franja de Gaza.

Como si los gestos y decisiones no fueran suficientes, Abu Mazen hacía también llegar un mensaje personal y privado al primer ministro israelí, Ariel Sharon, a través de un grupo de políticos de la izquierda de Israel, con los que se reunió ayer en la Mokata. Abbas ha pedido a Sharon en este mensaje que le conceda un "mes de gracia" para poner en marcha sus promesas políticas, especialmente la más difícil y delicada: el desarme de la Intifada. El encargado de llevar este mensaje a Sharon fue el jefe del grupo Yahad, Yossi Beilin, uno de los promotores del plan de paz conocido como Iniciativa de Ginebra.

La comunidad internacional, especialmente Egipto y Estados Unidos, defiende la concesión de un "periodo de gracia" a Abu Mazen, según se desprende de sus últimas declaraciones en las que ha reclamado a Sharon cautela y contención en sus actuaciones militares en los territorios palestinos, pero sobre todo que dé la oportunidad al nuevo presidente palestino de poner en marcha sus proyectos de pacificación. Con este respaldo, la Casa Blanca trata de corregir la actitud mantenida con Abu Mazen cuando fue primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina, en 2003, al que, por indicación de los israelíes, se le estuvo presionando, exigiéndole cambios radicales y rápidos. La situación de presión y tensión fue tan insoportable que desembocó en la dimisión de Abu Mazen cuando apenas llevaba cuatro meses en el cargo.

Dos niños palestinos lanzan piedras contra un vehículo israelí, ayer, durante unos disturbios en Nablús.
Dos niños palestinos lanzan piedras contra un vehículo israelí, ayer, durante unos disturbios en Nablús.

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