Los geos liberan en Madrid a un hombre que estaba secuestrado por unos sicarios
La víctima, que tenía una deuda con 'narcos', estaba convencida de que iba a ser asesinada
Agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la policía liberaron en la madrugada del pasado viernes, en un piso de Madrid, a un colombiano que posiblemente iba a ser asesinado tras ser secuestrado por sicarios (dos colombianos y otro ecuatoriano). El rehén, dueño de un bar de Móstoles, adeudaba 150.000 euros a una red que le facilitó un alijo de cocaína en 1998. Al no hacer frente al pago, los secuestradores supuestamente tenían decidido matarle y deshacerse de su cadáver. Las investigaciones del grupo I de la UDYCO central, que estaba tras los pasos de los sicarios, evitaron el crimen.
La Comisaría General de Policía Judicial, al frente de la cual se halla el comisario Juan Antonio González, inició el pasado octubre una investigación sobre una banda de colombianos residentes en España, presuntamente implicados en narcotráfico, extorsiones, secuestros, tráfico de armas y otros delitos conexos. Las actividades fundamentales del grupo, compuesto por seis personas -entre ellas tres sicarios- eran el secuestro o la muerte de personas que tenían alguna deuda con narcos colombianos, además de distribuir cocaína a pequeña escala en distintos puntos de España.
Uno de los sicarios fue detenido el pasado noviembre acusado del intento de secuestro en Madrid de un colombiano que en su momento había sido testigo protegido en una causa penal. Sin embargo, la víctima logró evitar su rapto por la fuerte resistencia que opuso y por el auxilio que le prestaron otras personas.
Los sospechosos estaban sometidos a estrecho seguimiento, tanto de día como de noche. El pasado martes, durante una de esas vigilancias, los agentes observaron que los delincuentes se dirigían a un bar de la calle de Sevilla, en Móstoles, tras lo cual se desplazaron a Yuncos (Toledo). 24 horas después volvieron a visitar el citado establecimiento. Al cabo de un rato, el dueño del bar echó el cierre y salió acompañado de sus amigos. El grupo se trasladó hasta un piso del número 5 de la plaza de Cronos, en el barrio madrileño de Simancas (distrito de San Blas).
Alijo de cocaína
La policía supo que el dueño del bar de Móstoles -un colombiano sin antecedentes y residente en España desde hace unos 14 años- había sido invitado por los sicarios a que les acompañara a aclarar con otra persona la deuda que tenía pendiente por un alijo de unos 10 kilos de cocaína que había introducido en España por encargo de otra persona.
Los agentes se volcaron en el caso, ante la sospecha de que el dueño del bar estaba secuestrado y en serio peligro. De esta forma, los policías comprobaron que la esposa de la víctima intentaba desesperadamente reunir el dinero que salvase la vida a su esposo. A través de unos intermediarios, la mujer entregó varios relojes y, más tarde, consiguió reunir cierta cantidad de dinero. En total, el valor de lo recaudado oscilaba en torno a los 40.000 euros, una cifra mucho menor que la deuda. Por eso, la familia del rehén ofreció a los secuestradores entregar su bar de Móstoles como parte del pago.
El asalto
Alrededor de la una de la madrugada del pasado viernes, los responsables del caso ordenaron el asalto de la vivienda para evitar riesgos al rehén. Un comando de agentes de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) irrumpió en el piso tras volar la puerta de entrada mediante una carga explosiva. En ese momento, uno de los supuestos secuestradores estaba observando por la mirilla de la puerta, tras detectar algún ruido, por lo que resultó herido y sufrió fracturas en la cara. Se trata del colombiano José Ignacio E. R., Andrés El Loco, de 35 años, supuesto jefe del grupo, que había pertenecido a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según la Dirección General de la Policía.
En la vivienda fueron capturados también el colombiano Julio César N. A., Costeño, de 30 años, quien se hacía pasar por Yhon Fredy Megía Alui Álvarez, y el ecuatoriano Milton Amelio Y. Y., Puma, de 42 años, según la nota de la Policía.
La víctima ha declarado a la policía que tenía la certeza de que iba a ser asesinado por no poder saldar una deuda tan abultada.
En el piso de los detenidos fueron hallados 400 gramos de cocaína, precursores (acetona, sacarosa, amoníaco), balanzas de precisión, una plancha secadora, dos prensas y moldes para preparar planchas de cocaína, una pistola, 2.000 euros y unos grilletes.
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