La investigación del accidente de Burgos sigue sin aclarar la causa de la deflagración
El informe preliminar dice que se incumplió la norma sobre prevención de riesgos laborales
El desencadenante de la deflagración que el jueves acabó con la vida de siete trabajadores en Burgos y provocó heridas a otros cinco, de los cuales uno falleció ayer, sigue siendo la principal incógnita de la investigación. El Ministerio de Trabajo ya tiene en su poder un informe preliminar con los datos recabados por los técnicos de Seguridad y Salud Laboral de la Junta de Castilla y León. Hasta el momento, se ha detectado una irregularidad, el quebrantamiento del real decreto sobre los lugares de trabajo: "No se puede utilizar un local para vestuarios y para almacén si no existe separación entre ambos espacios", según adelantaron ayer fuentes de la Dirección General de Inspección de Trabajo.
El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, dijo en Sevilla que los primeros datos de la Inspección de Trabajo revelan, "con independencia de las causas que motivaron la explosión, para las que hay que esperar al informe de la Policía Científica, un incumplimiento elemental en materia de prevención de riesgos laborales", informa Europa Press. Caldera indicó que el local no atiende a las disposiciones mínimas que regulan que vestuarios y locales de aseo no se pueden utilizar para usos distintos de aquellos para los que están destinados y que "lamentablemente en este caso se han utilizado".
En las investigaciones que se están realizando se prevé la declaración de dos de los testigos de la tragedia. Uno de ellos, el operario que resultó ileso en el accidente, volverá a ser interrogado en los próximos días, porque según las mismas fuentes su primera declaración presenta algún cabo suelto, "debido a la situación de nervios en la que se encontraba tras el suceso". Este testigo declaró que el incendio se produjo cuando uno de sus compañeros manipulaba una garrafa de gasolina de 25 litros. Al parecer, el recipiente no estaba aún abierto cuando se derramó su contenido y se produjo la deflagración.
El fuego prendió en una de sus piernas. Al intentar apagar las llamas, el hombre lanzó la garrafa cerca de la puerta. En ese momento, fue cuando el otro operario, que posteriormente sacó a varios de sus compañeros, logró salir al exterior. Y fue entonces cuando con la ayuda de Alberto, uno de los vecinos, que apagó las llamas con un extintor, regresó al interior del local para rescatar a sus compañeros. Hasta que llegaron las dotaciones de policía y bomberos, lograron asistir a cuatro trabajadores.
Desde la Dirección General de Inspección de Trabajo se indica que será necesario profundizar aún más en los hechos para determinar el desencadenante de la deflagración, y señalan que la causa de la muerte y de las graves heridas de los operarios -que en el momento del accidente, a las 8.30, se cambiaban de ropa para comenzar su jornada de trabajo en el carril para bicicletas de la ciudad- fue la intoxicación por los gases desprendidos al incendiarse el poliuretano del techo, un material altamente inflamable y tóxico.
Los responsables de la investigación han reclamado a la empresa Arranz Acinas, para la que trabajaban los operarios, una relación de todos los materiales, maquinaria y sustancias almacenados en el local siniestrado.
Según el informe remitido al departamento que dirige Caldera, todos los trabajadores estaban contratados legalmente, cuatro de forma indefinida y el resto tenía un contrato por obra. Fuentes sindicales aseguran que el comité de empresa había presentado varias quejas por los vestuarios, que no llegaron a plasmarse en denuncias. Precisamente estaba prevista para los próximos días la instalación de una caseta de obra más acorde con la normativa, con lo que el local donde se produjo el accidente hubiera dejado de ser utilizado como vestuario.
Mientras la práctica totalidad de los trabajadores de la construcción decidían ayer secundar un paro con el que reclamaron la mejora en la aplicación de las medidas de prevención de riesgos, más de un millar de ellos se manifestaron en Burgos encabezados por representantes del comité de empresa y de UGT y CC OO. Los sindicalistas acudieron después a la puerta del local donde se produjo el siniestro, donde depositaron dos ramos de flores.
Precisamente los vecinos de los pisos situados sobre la lonja donde se produjo el incendio pudieron volver a dormir anoche en sus casas. Técnicos de medio ambiente y bomberos del Ayuntamiento examinaron las viviendas y comprobaron que los niveles de contaminación por los gases que desprende el poliuretano eran mínimos, muy por debajo de lo que se considera nocivo.
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