Savall, o la prioridad por el control y la propiedad
Diferentes son los motivos que llevan a un intérprete de música clásica a crear su propio sello discográfico. Por lo general se embarcan en la aventura aquellos que, confiados en la calidad de sus propuestas, no hallan discográfica que los acoja. O bien los que, con un gran prestigio a sus espaldas, caso de Gardiner, han visto cómo una multinacional del disco que durante años ha editado sus grabaciones le daba la espalda. Y, además, está el caso de Jordi Savall.
El violagambista y director de orquesta catalán creó en 1998 su propio sello discográfico, Alia Vox -con distribución en 40 países de los cinco continentes-, con el que ya lleva editados 40 discos; el último, dedicado al compositor François Couperin, de próxima aparición. A Savall se lo disputaban las discográficas -sus discos son, por lo general, éxitos seguros de ventas- y elegía libremente el repertorio que quería grabar. Pero para él no era suficiente. La necesidad de controlar hasta el último detalle sus grabaciones y no perder su propiedad fue lo que le impulsó a crear su productora, Son Jade, y su sello discográfico, Alia Vox, que edita exclusivamente sus grabaciones, las de sus tres grupos -Hesperion XXI, La Capella Reial de Catalunya y Le Concert des Nations-; las de su esposa, la soprano Montserrat Figueras, y las de su hija, la arpista, cantante y compositora Arianna Savall. Además, ha iniciado la recuperación, mediante la compra de los derechos, de varias de sus numerosas grabaciones editadas por Emi, Archiv Production y Astrée, compañía francesa que llegó a crearle un sello propio, Fontalis.
En España, es en el campo de la música antigua en donde han surgido intérpretes que han creado sellos discográficos propios para grabar el repertorio de su preferencia. Son los casos del sello Glossa, creado en 1993 por el guitarrista, vihuelista y laudista José Miguel Moreno; CDM, fundado por el valenciano Carles Magraner para editar las grabaciones de su grupo Capella de Ministrers, y Enchiriadis, instituido por el músico ovetense Raúl Mallavibarrena para editar sus discos.
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