El Parlamento sueco investiga al Gobierno por no informar al rey

Tras las declaraciones del rey de Suecia, Carlos Gustavo, sobre la inusual tardanza con que el Gobierno le informó de la catástrofe del tsunami que afectó a miles de compatriotas, la oposición arreció su ofensiva contra el Gobierno de Göran Persson y ha pedido su comparecencia ante la Comisión Constitucional del Parlamento. Dicha Comisión, integrada por diputados de todos los partidos, tiene el cometido de controlar las actuaciones del Gobierno y eventualmente requerir la comparecencia de cualquiera de sus miembros ante la presunción de que haya omitido o violado alguna norma constitucional.

Anteriormente, el Gobierno y la oposición se habían puesto de acuerdo para nombrar una comisión con el cometido de investigar toda la gestión del Gobierno en esta catástrofe. Desacuerdos sobre su integración y sobre quién la presidirá han demorado su puesta en marcha. Los líderes de los cuatro partidos de la oposición, que han formado una Alianza por Suecia para alcanzar el Gobierno en las elecciones generales de septiembre de 2006, responsabilizaron ayer a Persson de "haber llegado tarde con la ayuda a los damnificados de la catástrofe", lo que atribuyeron principalmente al "estilo" de gobernar del primer ministro, que, según ellos , inhibe la capacidad de acción de sus colaboradores en casos de urgencia, ya que todo lo quiere resolver él.

Se cuestiona, además, una burocratización del funcionamiento del Ministerio de Exteriores, en el que pareció reinar el caos en las horas posteriores a la catástrofe sin que nadie atinara a adoptar medidas y donde las fuentes de información de los responsables eran los medios de comunicación. Además, ahora ha quedado claro que no existía ningún equipo especializado para afrontar la crisis.

Las declaraciones del rey, que no aludieron de forma directa al jefe del Gobierno, exacerbaron un estado de opinión sumamente crítico con la falta de efectividad de Persson y de la ministra de Exteriores, Leila Freidvald. Lars Danielsson, el más cercano colaborador de Persson, rebatió las declaraciones del monarca sobre el intercambio de información entre el Gobierno y la Casa Real.