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CATÁSTROFE EN ASIA | Los niños

El curso escolar comienza en Sri Lanka sin colegios para 80.000 niños

El Gobierno mantiene el calendario para que los menores superen el trauma del maremoto

Unos 80.000 niños de Sri Lanka, lo que equivale al 4% de la población escolar, no han podido iniciar el curso, que comenzó ayer en el país, porque sus escuelas quedaron inservibles a causa del maremoto del pasado 26 de diciembre, que ha dejado en el país 30.718 muertos y 4.939 desaparecidos, según cifras provisionales del Gobierno de Colombo. Ayer, cerca de 10.000 escuelas pudieron abrir sus puertas, mientras que otros 413 centros escolares no pudieron hacerlo porque quedaron total o parcialmente destruidos o sirven de alojamiento a las víctimas del maremoto.

Sin libros, algunos pocos en uniforme y los más afortunados acompañados por sus padres, un grupo de muchachos se presentó ayer por la mañana en el patio de la escuela pública Vidyaloka en Galle, a unos doscientos kilómetros al sur de la capital.

De los 2.400 alumnos matriculados en este colegio, el principal centro de enseñanza masculino de la zona, tan sólo unos ochenta respondieron al pasar la lista de asistencia. Del resto sólo se sabe con certeza que cuatro están muertos y los demás, o bien se encuentran incluidos en el censo de desplazados que se está efectuado actualmente, o bien engloban la más trágica lista de desaparecidos.

Ninguno de ellos tuvo clase ayer. El colegio estaba inservible, ni tan siquiera tenía sillas. Animados por el director del centro, los profesores y alumnos que aparecieron se dedicaron a sacar cascotes y limpiar el barro del suelo. La misma escena se repitió a lo largo de la costa sur y este del país.

"Una rutina"

Haciendo eco a las palabras de Carol Bellamy, directora de Unicef, quien durante su visita a Sri Lanka aseguró que "lo que los niños necesitan en una situación traumática como la que están viviendo es una rutina, la vuelta al colegio", las autoridades nacionales anunciaron la apertura del curso escolar para ayer lunes.

Sin embargo, 80.000 niños, lo que equivale a un 4% de la población escolar, no pudieron cumplir este objetivo. "80.000 escolares no volverán todavía al colegio", señaló el doctor Sisira H. Siribaddan, miembro del Centro Nacional de Operaciones (CNO), desde donde se dirigen y coordinan las tareas de reconstrucción de Sri Lanka.

De acuerdo con las cifras desgajadas por el doctor Siribaddan, los escolares del tsunami bien pertenecen a 14 distritos geográficos en el que las escuelas quedaron total o parcialmente destruidas por las olas (169 colegios), o bien provienen de zonas donde la devastación ha sido tan extensa que los edificios escolares, únicos que permanecen en pie -244-, están siendo utilizados como centros de acogida para los miles de decenas de refugiados que se quedaron sin hogares el pasado 26 de diciembre. Precisamente el plan que tiene el Ministerio de Educación de Colombo de desalojar a los refugiados de estos centros escolares y distribuirlos entre otros campamentos durante los próximos días, para permitir así que se reinicien las clases en esas aulas cuanto antes, ha provocado cierto estupor entre algunos especialistas en ayuda humanitaria.

Efectos psicológicos

"No se puede desvestir a un santo para vestir a otro", aseguró el director de una ONG occidental en Colombo. "La prioridad que las autoridades están dando a la reapertura de los centros escolares es loable, desde todo punto de vista, tanto por la educación como por los efectos psicológicos en la recuperación de las víctimas. Sin embargo, no se debe obligar a los víctimas de este desastre, tanto niños como adultos, a abandonar la relativa seguridad que han encontrado en estos centros entre gente de su propia comunidad para liberar un edificio. Las escuelas se pueden montar provisionalmente en cualquier esquina", asevera el cooperante.

Para el director de la ONG citada "no se precisan paredes para instruir a los niños, sobre todo a estos niños que han perdido a sus padres y hermanos y lo que necesitan, más que aprender una lección, es olvidarse, aunque sea momentáneamente, de lo que les ha ocurrido".

Dos estudiantes caminan por el patio de lo que queda de su escuela en la ciudad esrilanquesa de Galle, en el primer día escolar de 2005.
Dos estudiantes caminan por el patio de lo que queda de su escuela en la ciudad esrilanquesa de Galle, en el primer día escolar de 2005.ASSOCIATED PRESS

Dos semanas en el mar

Un indonesio que arrastró el tsunami fue rescatado en el océano Índico tras pasar dos semanas en el mar por un carguero de Emiratos Árabes Unidos, y trasladado al puerto malaisio de Westport, adonde llegó el domingo por la noche.

Según informan ayer los medios malaisios, se trata de Arif Afrizal, de 22 años y natural de la provincia indonesia de Aceh, en el norte de Sumatra, el territorio más castigado por el cataclismo de hace dos semanas.

"Lo encontraron en el mar y lo llevaron a Westport", se limitó a señalar un portavoz del puerto, que no dio ninguna explicación sobre cómo logró sobrevivir las dos semanas en el mar. Afrizal es el segundo indonesio rescatado en alta mar desde el maremoto.

Un portacontenedores surafricano rescató el 3 de enero pasado al achenense Rizal Shahputra, de 20 años, en aguas del Índico, a unos 185 kilómetros al oeste de Aceh.

"Estaba muy deshidratado, muy débil y, obviamente, muy hambriento. El capitán le proporcionó primeros auxilios, algo de comer, agua y glucosa", explicó entonces Lucas Chong, representante de la naviera del buque surafricano.

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