Farmacias de guardia
El pasado día 1 de enero, viví sin saberlo una de las experiencias más insólitas de mi vida. Sobre las cinco de la tarde, hora torera, empezó el calvario increíble de encontrar una farmacia de guardia en los 624 kilómetros cuadrados que existen en La Vall d'Albaida, al enfermar de gravedad un familiar y recibir una maravillosa asistencia en el Centro de Salud de Castelló de Rugat. Y quiero decir esto porque es de ley, fue una asistencia de quitarse el sombrero, fueron profesionales de primer orden, dedicados y desde aquí les doy las gracias.
Después de la primera asistencia, nos dirigimos a la farmacia de dicho municipio para ver la que estaba de guardia. Para nuestro estupor, rezaba: "Farmacia de guardia: Gandia". Después de la incredulidad, llegó la ira contenida, no había más que dirigirnos a 30 kilómetros para buscar la farmacia en cuestión.Las desgracias no vienen solas y además, Gandia, capital de comarca, sólo disponía de una farmacia para su núcleo de población, lo que supuso que la mencionada farmacia era un hervidero de gente. Tuvimos que esperar una media de 45 minutos para que nos atendieran, la misma farmacéutica nos refirió su contrariedad ante lo que le contábamos, que toda una comarca estaba sin servicio público de farmacia, y 77.000 habitantes en caso de necesidad, tenían que peregrinar a Gandia.
Por exceso de demanda, no quedaba algún medicamento y uno de ellos era el nuestro, lo que ocasionó tener que ir al C.S.Corea, de dicha localidad, y el facultativo de guardia nos "donó" unos inyectables que necesitábamos con urgencia.
¿Ésta es la sanidad que queremos?, ¿Señor conseller, cree que esto es admisible? ¿Cómo es permisible que no exista farmacia de guardia a 10 kilómetros? El próximo año nos vamos todos de vacaciones, pero todos, y apagamos la luz.
