¿A quién perjudica y a quién beneficia?
La crisis que ha abierto en España el plan Ibarreche, con sus tintes independentistas "amables", es un ejemplo evidente de la desconexión y / o manipulación de cierta clase política sobre su entorno ciudadano. Sólo la mención independentista, en este contexto, crea un ambiente social de crispaciones encontradas, incluido cierto vértigo, alguna angustia...
En realidad, hoy en España deberíamos poder hablar de todo, incluida esta opción, con la cabeza, mejor que con las vísceras. La alternativa separatista del País Vasco, hay que difundirlo -y razonarlo- ampliamente, perjudica, en mi opinión, de forma profunda y extensa, principalmente, a la inmensa mayoría ciudadana de Vascongadas.
Las razones son muchas y contundentes; pongamos dos. La emergencia de un nuevo país en el 2005, que representa el 1,44% del territorio español y el 5% de sus habitantes, representa una posición, en la tremenda jungla de la globalización donde tenemos que pelear, por lo menos cuestionable, por no decir ridícula; estamos hablando de un mundo donde todos los países, incluidos los más poderosos, son fuertemente interdependientes.
Otra cuestión sería la que representa cerrar las puertas, en alguna medida, a una gran cantidad de valiosos ciudadanos vascos, que podrían desarrollarse en un marco de mayor dimensión, incluso en altas esferas del poder descentralizado vigente, como han hecho siempre... .
Perjuicios que puede acarrear el independentismo vasco hay muchos más, pero ¿y beneficios?, ¿acaso no hay beneficiarios? Sí, claro que los hay, se ven muy claros, aunque camuflados en una retórica "patriótica". Son las minorías, pequeñísimas, de dirigentes que van a manejar, con ciertas "alianzas" -no todas muy confesables-, un pequeño país, prácticamente, a su antojo. ¿Será esto lo que quieren la inmensa mayoría de los vascos y las vascas?
Una cosa es que parte de la ciudadanía haya reaccionado, y reaccione, con irritación ante muchos e injustificables agravios pasados, y otra cerrar su futuro, disminuyendo su peso potencial, en un mundo extraordinariamente complicado. Por favor, un poco de cabeza, y suficiente respeto para los vascos y las vascas por los que dicen representarlos.
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