Los planes de pensiones de empleo sólo arraigan en Guipúzcoa

Los planes de previsión de empleo (los establecidos a nivel de empresa) sólo han conseguido arraigar en Guipúzcoa, que absorbe el 80% del total. En esta provincia, el sistema de pensiones de empleo abarca al 62% de la población ocupada, mientras que en Álava y Vizcaya se reduce al 24% y el 4%, respectivamente. Aunque estos fondos han tenido en Euskadi un desarrollo superior al del resto de España, hasta alcanzar casi el millón de suscriptores, el Gobierno apuesta por extenderlos al 70% de la población ocupada mediante su inclusión en la negociación colectiva.

Desde la promulgación en 1983 de las ley vasca de Entidades de Previsión Social Voluntaria, el sistema de planes de pensiones complementarios ha tenido un importante desarrollo en Euskadi. Este sector ha acumulado durante este periodo un patrimonio de casi 12.000 millones de euros, lo que representa el 24% del PIB vasco, un índice muy superior al 8% que promedia el resto de España. Sin embargo, comparados estos datos con los de otros países europeos, el ratio ahorro-pensión en Euskadi es cinco veces inferior.

De los tres pilares sobre los que se asienta el sistema de pensiones -el público y universal de la Seguridad Social; el de empleo o empresa, vinculado a la negociación colectiva, y el individual (libre y voluntario)- ha sido este último el que se ha consolidado de una manera predominante, hasta alcanzar el 64% de los suscriptores totales de planes de pensiones complementarias. Sin embargo, las principales aportaciones han procedido de las capas sociales con mayores recursos económicos.

El panorama de los fondos de pensiones de empresa, en cambio, presenta una implantación muy inferior. De los 994.759 asociados a planes complementarios en Euskadi, un total de 242.714 personas (el 27% de la población ocupada) lo están a los de empleo o empresa, mientras que el resto, 633.436, corresponde a las individuales (en esta modalidad una misma persona puede suscribir varios planes).

Pese a su menor implantación numérica, el 55% de los 12.000 millones de euros de patrimonio que el conjunto de los fondos tenía acumulado en 2003, precedía de la modalidad de empleo, y el 45% restante de los planes individuales, gestionados en su gran mayoría (el 94% de los casos) por bancos y cajas de ahorro.

Desequilibrio territorial

Tomando el patrimonio acumulado por todas las modalidades de EPSV, la aportación media por asociado es de 11.611 euros, una cantidad muy baja para asegurar una renta que complemente suficientemente la pensión pública, asegura la gerente de Geroa, Virginia Oregi. Geroa es la entidad de previsión más importante del País Vasco en la modalidad de empleo, con 141.000 socios y 8.600 empresas aportantes, todas ellas en Guipúzcoa. No obstante, Oregi asegura que el tiempo de capitalización ha sido aún corto. Se calcula que se necesita un periodo de entre 25 y 35 años para conseguir un complemento consistente a la pensión pública.

La escasa penetración de los planes de previsión de empresa ha tenido, además, un desarrollo desigual en las tres provincias vascas. En Guipúzcoa se ha extendido al 62% de la población ocupada, mientras que en Álava se reduce al 24% y en Vizcaya el índice es insignificante, el 4%. Además de Geroa, que está desplegada en 17 sectores de la actividad productiva, en Guipúzcoa están muy desarrollados los planes de previsión de las empresas cooperativas, a través de la firma Lagun Aro, y los de las entidades de ahorro. En Álava y Vizcaya se reducen al ámbito de la Administración pública (Elkarkidetza) y de las grandes empresas.

Extender los planes de empresa al 70% de la población vasca ocupada es el objetivo que se marca el Departamento de de Empleo, Justicia y Seguridad Social en el borrador del Plan de Previsión Social Complementaria, cuyo contenido fue adelantado por este periódico (06-12-2004). La consejería que dirige Joseba Azkarraga y las entidades gestoras de las EPSV abogan por impulsar este modelo ante las amenazas que supone para el mantenimiento del sistema público el progresivo envejecimiento de la población, que acarrea un aumento del número de beneficiarios y una descenso de los cotizantes. Sin embargo, esta apuesta pública suscita recelos en algunos sectores sindicales por estimar que supone un acicate para el recorte del sistema público y universal de pensiones.

La fórmula de incluir en los convenios colectivos fondos de pensión de empresa viene practicándose desde hace nueve años en Guipúzcoa con un resultado "satisfactorio, aunque insuficiente", advierte Oregi. "El mapa de la previsión en el ámbito del empleo es muy pobre en Euskadi", añade. Por eso, la gerente de Geroa reclaman al Gobierno vasco un "esfuerzo en materia normativa", puesto que la ley de 1983 "ha quedado obsoleta". Oregi sostiene que con la legislación actual, los planes de previsión son más "un recurso para obtener ventajas fiscales" que "un producto finalista".

Esta demanda está recogida en el borrador del Plan de Previsión Social Complementaria, que aboga por extender los planes de empleo, vía convenio, con una aportación de empresas y trabajadores que cifra entre un 6% y un 10% del salario. El Departamento de Empleo admite que esta fórmula supone un coste salarial añadido para las empresas, pero sugiere la posibilidad de crear un marco fiscal "atractivo" a las aportaciones que se realicen a los planes de empleo y diferenciado de los individuales.