Suiza se vuelca en la reconstrucción

Tras el discurso de ayer del presidente de la Confederación, Samuel Schmid, en el que reconocía que "tras 10 días ya no quedan esperanzas" de encontrar con vida a los más de 600 suizos desaparecidos y en una jornada marcada por el riguroso duelo nacional decretado por el Gobierno, el presidente asistió ayer en la catedral de Berna a una misa solemne rodeado de más de mil invitados. El maremoto de Asia es el mayor desastre que ha golpeado a Suiza en más de 200 años: un duelo inmenso en relación a las proporciones del pequeño país alpino.

Suiza comienza las tareas de ayuda a la reconstrucción tras la catástrofe en Asia. Varios aviones cargados con más de 100 toneladas de ayuda humanitaria de urgencia se disponían ayer a volar con destino a los países afectados por la tragedia. Estos aviones se suman a los más de 50 médicos, técnicos y especialistas en el reconocimiento de cadáveres que se encuentran ya sobre el terreno.

Con más de 600 desaparecidos y 26 muertes confirmadas, Suiza es, junto con Alemania y Suecia, unos de los países occidentales más afectados por el maremoto. Thomas Jentasch, portavoz de la Agencia Suiza de Cooperación al Desarrollo, comentaba que "en agradecimiento a la generosidad del pueblo de Tailandia en estas horas de dolor" el Gobierno federal va a financiar la "reconstrucción íntegra" de una ciudad en el país asiático. Queda por determinar cuál, pero los criterios de la elección serán "que sea de un tamaño medio entre las más destruidas, que pueda culminarse la obra en un plazo razonable y, sobre todo, la que cuente con el beneplácito del Gobierno tailandés".

Cooperación bilateral

Además de la ciudad, Suiza se compromete a la reconstrucción de varias decenas de escuelas y hospitales en el marco de tratados de cooperación bilateral y multilateral. La citada agencia de cooperación dispone de varias docenas de técnicos distribuidos entre India, Tailandia, Indonesia y Sri Lanka y de 27 millones de francos (unos 18 millones de euros) para hacer frente a las numerosas necesidades de la zona.

La llamada Cadena de la Felicidad creada para dar alivio a las víctimas del tsunami ha recogido en Suiza una cifra récord sin precedentes de 48 millones de francos (32 millones de euros) entre particulares y donaciones de empresas. La paradoja es que, en declaraciones realizadas al diario Le Temps por Aymeric Peguillan, portavoz de Médicos sin Fronteras Suiza, y Karl Schuller, de la Cruz Roja, "será complejo utilizar tanto dinero sin malgastarlo. El secreto consistirá en dosificar las ayudas a lo largo de un periodo de cinco años".

En visita a Sri Lanka, la ministra de Exteriores, Micheline Calmy-Rey, anunció que Suiza reconstruirá 12 escuelas y financiará la compra de 120 camiones, materiales de construcción y purificadoras de agua además de un programa de alojamiento para las numerosas personas que han quedado sin techo.