Prácticas abusivas en la venta de juguetes
La compra de juguetes representa el 20% del presupuesto familiar para las navidades. Cada catalán se gasta entre 150 y 200 euros en estos regalos, según los cálculos de la Confederación de Comercio de Cataluña (CCC), que agrupa a 90.000 pequeños y medianos empresarios. Sin embargo, la entidad alerta de que los consumidores deben estar atentos a posibles fraudes en la venta de juguetes si no quieren que esta cantidad se dispare.
Miguel Ángel Fraile, presidente de la CCC, explicó a este diario que durante las fiestas de Navidad algunos empresarios abren almacenes destinados a la venta de juguetes, sobre todo de importación. No abundan, explicó Fraile, pero cometen "prácticas abusivas". "Estos empresarios no son profesionales del sector. Abren sólo por Navidad, de forma que los consumidores luego no saben dónde pueden ir a reclamar o a exigir devoluciones", aseguró Fraile.
Sin embargo, una de las prácticas que más preocupan este año a los comerciantes de juguetes es la que consiste en retirar los productos más exitosos del mercado para volverlos a ofrecer pocos días antes de Reyes con precios superiores a los usuales. Fraile señaló que este engaño se da sobre todo en "algunos de estos almacenes y en algunas cadenas de establecimientos". "A los vendedores de toda la vida no les compensa abusar, puesto que tienen un stock limitado y, además, trabajan todo el año", recordó Fraile.
El Departamento de Comercio, Turismo y Consumo también señaló que esta práctica "es más propia de grandes comercios que de pequeños establecimientos". Aun así, fuentes del departamento consideraron que "no se puede generalizar" y recalcaron que el Gobierno catalán no está investigando ninguna empresa en concreto porque no ha recibido denuncia alguna.
Desde Consumo se invitó a que los comerciantes y consumidores denuncien estas prácticas en caso de conocerlas. "Estaríamos hablando de un delito de abuso de posición", indicaron las mismas fuentes.
La CCC pidió a los consumidores que también denuncien posibles fraudes por publicidad engañosa, que abundan en estas fechas. "Algunas cadenas quieren dar una imagen global de precios bajos y envían folletos con juguetes baratos; por ejemplo, una bicicleta por 100 euros. Pero limitan sus existencias para no cubrir toda la demanda y cuando llega el grueso de consumidores la bicicleta de 100 euros se ha terminado, por lo que éstos han de comprar otra más cara", remachó Fraile.
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