¿Qué pagamos en Cartaya?
En otras ocasiones me he referido a la mala situación económica del Ayuntamiento de Cartaya, motivado por los mensajes engañosos del alcalde, el "socialista", Juan Antonio Millán y de su "ahijado", el diputado provincial "socialista" Miguel Novoa, ambos responsables directos de la mencionada situación por la que pasa el Ayuntamiento de Cartaya. Hoy traigo otra perla. Resulta que el pasado 4 de noviembre se celebró un pleno para la aprobación, entre otros, de la subida de las tasas municipales, y entre ellas figuraba la tasa que han de pagar los titulares de las casetas de feria. Hasta ahí bien. Pero el problema viene cuando se comprueba que durante el periodo 2003 y 2004 se ha estado cobrando, de forma irregular, precisamente lo que en este se aprobó, con los únicos votos del grupo socialista, la subida de dicha tasa que hasta la fecha del citado Pleno era de siete euros el metro cuadrado y ahora pasaría a nueve euros el metro cuadrado. ¿Qué quiere decir esto? Pues que nos han estado cobrando algo que ni siquiera habían pasado, previamente, por el pleno. Ahora los cartayeros cada vez que vamos apagar una tasa municipal nos invade una terrible duda acerca de lo que hemos pagado tiempo atrás, llegando a preguntar: ¿Cuántos millones de las antiguas pesetas han cobrado de modo irregular? ¿Ha ocurrido este tipo de prácticas en algún momento del tiempo que lleva gobernando el PSOE, con Juan Antonio Millán a la cabeza, en Cartaya?
Por último, me gustaría que, de una vez y por todas, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Cartaya, y su alcalde, hiciera caso a las muchas solicitudes, que los cartayeros realizamos, para que los plenos en este Ayuntamiento se celebren en un horario más asequible para que todo el que quiera pueda asistir sin tener que pegarse el madrugón al que nos tiene acostumbrado hasta ahora, o a tener que faltar a su trabajo para asistir como parte de mi pueblo a un acto tan importante como es este órgano municipal. Porque si quiere de verdad que el pueblo participe, pues que sea flexible en algo que no le va a costar ni un céntimo más a las arcas municipales.
