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Reportaje:

Problema capital

Tarragona amenaza con movilizaciones para impedir que Reus sea cocapital de la futura veguería

Quererse, nunca se han querido demasiado. Pero las relaciones entre la clase política de Tarragona y de Reus se han deteriorado hasta tal punto que el teniente de alcalde tarraconense, Agustí Mallol (CiU), amenazó ayer con movilizaciones y recogida de firmas para evitar que la ciudad vecina consiga el título de capital compartida de la futura veguería del Camp de Tarragona. Mallol coincidió ayer con el teniente de alcalde de Reus, Eduard Ortiz (PSC), en un debate cara a cara en la cadena SER, que sacó a relucir las vísceras de ambos.

Los contendientes en el debate tienen ambos denominación de origen. Al tarraconense es fácil verlo bañándose en la playa por San Silvestre con la camiseta del Nàstic, y al de Reus, lo mismo llevando algún gegant en las fiestas mayores. Ambos de pura raza, de los de su ciudad "de toda la vida" y que en buena medida personifican lo que representa ser y sentir el tarragonismo y el reusensismo. El buen rollito inicial, con frases como "la petición de Reus es lícita" o "la postura de Tarragona es legítima", se tornó en puñalada tras puñalada pasado el tiempo de calentamiento. Mallol apeló a la historia, a Tarraco y al Imperio romano. Ortiz no lo discutió, pero apuntó que "los romanos echaban a los leones a gente de los alrededores" y añadió que "cuando los borbones pusieron las provincias en el siglo XIX escogieron a Tarragona porque en Reus éramos republicanos".

Toda una lección de historia a la que Mallol quiso añadir: "En 1811 centenares de tarraconenses vertieron su sangre contra los franceses, y vosotros los dejasteis entrar a bombo y platillo".

El lenguaje bélico fue la tónica en este debate. De hecho, a juicio de Mallol las movilizaciones y la recogida de firmas forman parte de una "campaña preventiva" que suena más a guerra de Irak que a nada. Pero no ha sido el único en usar este lenguaje. El presidente del Parlament, el reusense Ernest Benach, abrió la caja de los truenos el pasado 11 de septiembre al afirmar que Reus debe abandonar la "prudencia" y pasar a la "contundencia" en su aspiración para lograr la capitalidad. Luego vino una moción unánime en Reus -donde gobierna el tripartito- pidiendo a la Generalitat que la convierta en capital, lo que dejó en una difícil posición al PSC de Tarragona -donde gobiernan CiU y el PP-, que tuvo también que suscribir otra moción unánime contraria. "No están muy contentos con nosotros, no", dicen en el PSC de Reus de sus compañeros de Tarragona. Y es que el alcalde, Joan Miquel Nadal, tiene en el tarragonismo una de sus mejores bazas electorales, algo que Agustí Mallol usó ayer sin mesura en el debate con Ortiz. "Desde el tiempo de los romanos no hay mejor alcalde que Nadal", dijo. Ahí es nada.

Pero, para perlas, ganó Ortiz. Hablaban de la Universidad Rovira i Virgili (URV), que toma el nombre de un ilustre historiador tarraconense porque en Reus no quisieron que se llamara Universidad de Tarragona, algo que Mallol lamentó profundamente. "Pero, ¿URV no quería decir Universitat de Reus i Voltants?", preguntó Ortiz usando una de esas frases de bar que duelen de verdad en Tarragona.

Un debate memorable para un problema que la realidad económica del territorio ha superado hace tiempo.

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