El valor añadido en el campo

La finca Zabalegi es una suerte de laboratorio de experimentación para el sector primario en Guipúzcoa; el I+D del agro local. Ya desde sus inicios, a comienzos del siglo XX, funcionó como un centro benéfico-docente y se ocupó de dar asistencia y formación agrícola gratuita a jóvenes baserritarras de entre 15 y 23 años. Desde entonces, esta propiedad de 15 hectáreas de extensión, ubicada entre Hernani y San Sebastián, próxima al Chillida-Leku, es una escuela donde se forman cientos de jóvenes en las tareas agrícolas.

La gran huerta de Zabalegi pertenece a la Fundación Arteaga, institución creada en 1907 y gestionada desde 1954 por la obra social de la Kutxa -entonces Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa-. Se creó para "contribuir al desarrollo del sector primario guipuzcoano", explica su presidenta, Lourdes Arana. Con esa finalidad montó en los 60 la escuela doméstica agrícola donde "se impartía educación a la mujer del caserío".

"Queremos mejorar la calidad de vida de los discapacitados", afirma Iñaki Alkorta

Suponía la mejor forma de resolver el problema que tenían muchos mayorazgos de la provincia, cual era "encontrar mujer cristiana, preparada para regir sus hogares productivamente, para educar y cuidar de sus hijos sanos y fuertes, en una palabra, buenas esposas, buenas madres, hacendosas y con conocimientos prácticos para hacer productivo el campo", rememora Arana con la ayuda de las crónicas de la época.

Unos años antes, la Fundación Arteaga jugó un "papel clave" para la sociedad guipuzcoana. Fue cuando comenzó a aprovisionar de leche de calidad a una institución que se conocía como La Gota de Leche, un edificio ubicado en el centro de San Sebastián, gestionado por las dos cajas de ahorros de Guipúzcoa, cuya misión era preparar biberones para las madres con bebés.

Ya a finales de siglo, pasó a elaborar los planes de formación para el sector primario del Departamento de Agricultura del Gobierno, a impartir cursos intensivos de agricultura y a organizar visitas para escolares en Zabalegi. Hoy se ofrece un curso de horticultura en invernadero, con 24 alumnos matriculados, dos de ellos oriundas de Chile. Una veintena de jóvenes asisten a cursos de formación para desempleados, de los que siete ya han encontrado trabajo. Zabalegi cuenta con 3.000 metros cuadrados de invernaderos y una huerta de otros 2.000 metros donde se realizan prácticas reales.

El último paso dado por la Fundación Arteaga, explica Arana, consiste en la creación de un programa para la formación y ocupación de jóvenes discapacitados mediante la creación de talleres ocupacionales en colaboración con Gureak, el grupo empresarial fundado en 1975 y que en la actualidad es un referente nacional por su trabajo en la integración de los discapacitados físicos y mentales.

Gureak cuenta con más de 2.600 empleados repartidos en 30 centros de trabajo, orientados principalmente a la producción industrial y de servicios. El acuerdo con la Fundación Arteaga permite a esta compañía emplear a personas con discapacidad en el mundo agropecuario, en actividades como recoger frutas, cultivo en invernaderos, elaborar productos como mermeladas o membrillo y organización de ferias para la venta de sus productos.

Es lo que Arteaga y Gureak han denominado programa Pausoak (Pasos), en el que participan actualmente 11 discapacitados y sus familias, aunque está previsto que este número se amplíe a 25 durante el año que viene y en 2006 pueda alcanzar la cifra de 35 personas. "Queremos mejorar el desarrollo integral y la calidad de vida del colectivo con discapacidad intelectual a través de actividades en contacto con la naturaleza", asegura Iñaki Alkorta, director del Grupo Gureak.

El trabajo de estas personas ya ha dado frutos. En los invernaderos y las huertas al aire libre de la finca se han recogido alubias de Tolosa, negras y con el label de calidad, calabazas, berzas, escarolas,... Trabajan en un nuevo edificio de 700 metros cuadrados en dos plantas donde realizan "talleres de lectura, matemáticas o teatro, hacen cestería o montan cajas de cartón para la venta de productos", afirma Alkorta.

La Kutxa ha invertido 600.000 euros en la construcción de este nuevo edificio, que lleva el nombre de la anterior directora de Zabalegi, Elisabet Urbieta, muerta en trágicas circunstancias en septiembre de 2002. La entidad bancaria guipuzcoana tiene planeado abrir a mediados de 2005 un nuevo edificio adyacente, que tendrá forma de L y estará destinado a integrar toda la actividad formativa de la fundación.