El Ejército se moviliza en ayuda de miles de automovilistas atrapados en Castilla y León
La ola de frío bloquea las carreteras en Burgos, León y Palencia y aísla numerosos pueblos
La ola de frío polar que afecta a buena parte del norte de la Península provocó que ayer miles de automovilistas quedasen atrapados en las carreteras de Castilla y León, mayoritariamente en Burgos, Lerma, Briviesca, Aranda de Duero y Palencia. El Gobierno movilizó al Ejército y a la Guardia Civil para auxiliarlos. Dos vehículos blindados oruga del tipo TOA y tres camiones cargados con mantas, de la División Acorazada Brunete, acudieron pasadas las seis de la tarde a afrontar esta "gravísima situación", como la definió la Dirección General de Tráfico. Fue necesario cortar la A-1 entre Lerma y Burgos, donde quedaron bloqueados más de 3.000 coches. Una situación similar se vivió en el entorno de Aranda de Duero. A los que no pudieron seguir se les consiguió alojamiento; entre ellos, los incomunicados en un área de descanso de la A-62 en Palencia.
Unos 14.000 vecinos de 216 pequeños pueblos de las provincias de Burgos y León quedaron ayer incomunicados por la ola de frío polar anunciada días atrás por el Instituto Nacional de Meteorología y Protección Civil. En algunos de estos núcleos rurales faltó la luz eléctrica, el agua y el teléfono, y dejaron de recibirse las televisiones vía satélite.
Pero con ser grave, no fue lo peor de la jornada.
La alerta decretada para toda España, excepto Canarias, movilizó en el norte de la Península decenas de máquinas quitanieves. Pronto se vieron desbordadas y no dieron abasto para desbloquear las carreteras. Mientras los coches desprovistos de cadenas empezaban a cruzarse en las vías burgalesas y leonesas, las nevadas iban a más. Ya a las tres de la madrugada había sido activado en Castilla y León el nivel de alerta 1 -el más bajo-; pero a las siete de la tarde se tuvo que pasar al nivel 2. Las nevadas caían entonces con intensidad, las carreteras se convertían en un caos y el viento frío castigaba con rigor a los atrapados y a sus rescatadores.
La A-1, a su paso por Aranda y Lerma, fue la más afectada. En este tramo quedaron retenidos más de 3.000 vehículos. En la autopista AP-1, en los puntos kilométricos 17 a 40, entre Briviesca y Burgos, también sufrieron el desorden centenares de automóviles. Fue en esta situación, con miles y miles de viajeros angustiados y en plena operación retorno de Navidad, con millones de desplazamientos de españoles que regresaban a sus hogares, cuando el Gobierno, en una operación coordinada por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, decidió movilizar al Ejército para reforzar los trabajos de la Dirección General de Protección Civil y la Dirección General de Tráfico.
Soldados de la División Acorazada Brunete (con sede en Castrillo del Val, Burgos) acudieron de inmediato a auxiliar a los viajeros que, pese al esfuerzo de las quitanieves, no lograban continuar su ruta. Muchos lograron hacerlo tras varias horas de espera. Otros, no. Los soldados los trasladaron en camiones a albergues y alojamientos dispuestos por la Junta de Castilla y León.
Burgos capital, Aranda de Duero, Miranda de Ebro, Lerma, Briviesca y Pancorbo habilitaron centros de acogida para resguardarlos de las fuertes ventiscas y las bajas temperaturas de la madrugada.
En Palencia también se habilitaron albergues. En ellos fueron acogidos para pasar la noche 120 extranjeros que viajaban a bordo de cuatro autobuses. Sus vehículos quedaron paralizados como consecuencia de la nevada caída en el área de descanso de Quintana del Puente. Otras 700 personas atrapadas en este lugar buscaron distintas alternativas a las propuestas por la Administración autonómica y el Ayuntamiento palentino: la residencia Victorino Macho y la Escuela Castilla.
Ya por la mañana se había vetado la circulación de camiones y autobuses en toda la comunidad autónoma, para evitar que algún accidente o avería colapsase las vías. Pero no sirvió para mucho. "Llevábamos 48 horas lanzando advertencias; pese a ello, más del 60% de los vehículos circulan sin cadenas", se quejó el director de la Agencia de Protección Civil de la Junta de Castilla y León, Luis Aznar, cuando la confusión se había adueñado de la A-1, que permaneció cortada durante casi toda la jornada. También la A-6, a la altura de la localidad leonesa de Villagatón, se vio en esta situación, aunque resolvió el atasco pasadas las ocho de la tarde.
Además de las provincias de Burgos, León y Palencia, el temporal hizo estragos en Cantabria, Asturias, Galicia, País Vasco, Navarra y La Rioja, que siguen hoy con los planes de emergencia activados, dado que se espera una nueva jornada de nieves moderadas o fuertes.
La vicepresidenta primera y el ministro del Interior, José Antonio Alonso, permanecieron ayer al frente del operativo. Fernández de la Vega mantuvo informado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Según el Ejecutivo, se activaron todas las alertas y todos los recursos; pero el secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, acusa a La Moncloa de "imprevisión" y "descoordinación".
En medio de este caos, la habitual lista de fallecidos en accidentes de carretera que Tráfico difunde los fines de semana agravaba anoche la situación. Desde el jueves pasado hasta las ocho de la tarde de ayer fallecieron 34 personas y 12 resultaron heridas graves. Uno de estos accidentes motivó ayer la interrupción de la circulación de la A-2 en ambos sentidos en el término municipal de Calatayud (Zaragoza) durante más de dos horas. Luego, además, llegó la nieve. A partir de las 20.00 quedó cortado el tránsito para vehículos pesados en ambos sentidos en esta autopista.
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