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Menem llama a "salvar la patria" nada más regresar a Argentina

El ex presidente arremete contra Kirchner

El ex presidente argentino Carlos Menem, que regresó el miércoles a Argentina tras haber pasado casi nueve meses refugiado en Santiago de Chile, pronunció al poco de llegar un discurso ante unas 10.000 personas en el centro de la capital de la provincia de La Rioja -donde nació y de la que fue tres veces gobernador, situada al noroeste del país- en el que convocó a los militantes a "salvar a la patria".

Menem, que desistió en mayo de 2003 de competir en una segunda vuelta electoral para evitar una aplastante derrota frente al entonces candidato y actual presiente, Néstor Kirchner, decidió su retorno a Argentina después de que los dos jueces federales, que le mantienen bajo proceso y le acusan de "administración fraudulenta" en el ejercicio de la función pública y de la "ocultación maliciosa" de fondos no declarados en un banco extranjero, aceptaran la petición de sus abogados para que se le eximiera de prisión.

Vestido con traje de color crema, camisa negra y sin corbata, un pañuelo también negro en el bolsillo superior de la chaqueta, un grueso anillo de oro, el pelo teñido de un color caoba, el ex presidente, de 74 años, no pudo besar la pista de aterrizaje como tenía previsto hacerlo porque su hija, Zulema, que le aguardaba al pie de la escalerilla del pequeño avión privado en el que viajó desde Santiago de Chile, le dio un abrazo y le retuvo hasta que un centenar de partidarios le rodearon. Delgado y con la voz gastada, Menem subió con enormes dificultades a la camioneta que le trasladaría en caravana hasta el centro de la ciudad.

El llamado comando retorno contrató autobuses para traer militantes de las provincias de Tucumán y Córdoba, pagó anuncios en las vallas y mensajes publicitarios que se retransmitían por la radio y la televisión locales para animar a los partidarios a seguir la caravana de coches y participar del acto central. El palco se montó en la avenida Perón de la capital de La Rioja.

En el aeropuerto, Menem dijo que no venía "a pasar facturas, mucho menos con odios y rencores", porque promueve "el fortalecimiento de la democracia" y sólo persigue "la paz y el amor entre los argentinos". Pero a la hora de dirigirse a los militantes que bailaban y cantaban al son de una cumbia titulada Que vuelva Carlos, el ex presidente liberó el animal político y se lanzó ferozmente contra la gestión del actual Gobierno que, a su vez, anunciaba ayer que este año Argentina logró el mayor superávit fiscal de los últimos 50 años.

"No pagan a nadie, cobran impuestos antojadizos y saquean el salario de los trabajadores. Con eso consiguen el superávit, qué me viene a hablar de que esto es un Gobierno justo. Esto no se arregla con una limosna de 150 pesos, sino con trabajo", alzaba la voz Menem ante una muchedumbre que reclamaba críticas aún más duras: "Pegue y pegue, Carlos, pegue".

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Peronismo Popular

El contenido mesiánico del mensaje y el tono de sermón recordaban por momentos al de un pastor evangélico enviado para reunir nuevamente en el corral de una política ultraconservadora a las ovejas descarriadas. "¿Por qué atacan a las fuerzas de seguridad, que son las que se juegan la vida por nosotros? ¿Por qué atacan a la Iglesia en un país donde la inmensa mayoría es católica?", se preguntaba Menem, que recurría a porcentajes sobre los índices de pobreza, desempleo y desnutrición de la que llamó "la década más brillante de la historia", para compararlos con los actuales. Menem propuso negociar la incorporación al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y retomar la relación con EE UU, definida como "carnal" durante su Gobierno, "porque en alta política internacional muchos de los que están gobernando no entienden un pito a la vela".

Por último, prometió que disputará las primarias en el Partido Justicialista desde la corriente denominada Peronismo Popular (PP), antes de postularse nuevamente a la presidencia en las elecciones generales de 2007.

El ex presidente Carlos Menem, el miércoles tras aterrizar en La Rioja, su provincia natal.
El ex presidente Carlos Menem, el miércoles tras aterrizar en La Rioja, su provincia natal.EFE

Último tango en La Rioja

A Carlos Menem le gusta escuchar tangos. Presume de saber letras y autores. Los fieles que aún le siguen, ex funcionarios de segunda o tercera fila y ex legisladores de escasa influencia política actualmente, le dicen que lo baila muy bien y siempre tienen a mano algún tema para recordarle. Menos uno. "Ése no", advierte un portavoz de los ex. Tal vez se le considera mufa (gafe) o inoportuno. Escrito por Alfredo Le Pera, el mítico cantor Carlos Gardel, autor de la música, le convirtió en un clásico al interpretarlo en una de sus películas. Se titula Cuesta abajo. Comienza así: "Si arrastré por este mundo, la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser...". En el estribillo, el protagonista se lamenta: "Ahora, cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas ya no las puedo arrancar, sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá".

La lealtad, una condición política esencial que el peronismo valora al punto de celebrar cada 17 de octubre el llamado Día de la Lealtad, desde que en 1945 las masas irrumpieran en la plaza de Mayo para reclamar la libertad del entonces coronel Juan Perón, no funciona con Menem. Los sondeos registran más del 85% de imagen negativa entre la población. Algunos militantes observan que "en el peronismo la lealtad es con el que gana".

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