El plan industrial de Caballito supone la salida de 77 trabajadores

El plan industrial elaborado por la firma Ernst & Young para la empresa Pferd Ruggeberg de Vitoria, conocida como Caballito por su logo, prevé un reajuste de la plantilla que implicaría prescindir de 77 trabajadores, de los 240 con que cuenta la empresa. 115 trabajadores de la empresa llevan en huelga desde hace más de un año gracias a la caja de resistencia del sindicato ELA, que ya ha criticado la propuesta.

La empresa quiere negociar ahora con el comité la propuesta, según informó la dirección. El conflicto se inició por la negociación del convenio y ahora se centra en la garantía de empleo y en la readmisión de los despedidos. La huelga comenzó en Caballito hace un año y un mes porque la empresa, tras trasladar su planta al polígono de Júndiz e invertir 36 millones de euros, planteó la existencia de un excedente de 25 trabajadores. Para garantizar el empleo, propuso la congelación salarial en convenio durante seis años.

Esa pretensión soliviantó al comité de empresa -con reprsentantes de ELA, LAB, UGT, USO y ESK, sobre todo después de que en los anteriores ejercicios la plantilla ya se había reducido en unas cien personas por las innovaciones tecnológicas introducidas. La compañía lleva 38 años en Vitoria.

Pero el conflicto fue perdiendo fuerza y gracias a un acuerdo con UGT volvieron al trabajo en verano parte de los huelguistas. La empresa y UGT cerraron un convenio para cuatro años, con una subida para este año del 115% del IPC de 2003 y del 120% para 2005 y 2006, además de una reducción de 16 horas hasta las 1.717, ocho menos que la media del metal de Álava. El compromiso de empleo sólo llega hasta 2006, y luego se propone resolver con prejubilaciones y bajas incentivadas el excedente que pudiera registrarse. Sólo a partir de ese momento se presentaría un expediente de regulación.

El plan industrial conocido ayer prevé "cambios importantes en el diseño de producción, la definición de puestos y la estructura de personal". La empresa se compromete a buscar acuerdos "sobre medidas razonables lo menos traumáticas posibles".

El nuevo modelo se implantará mediante la reordenación de los puestos y funciones para adaptarse a las nuevas instalaciones, lo que implicará un programa intensivo de formación, la puesta en marcha de actuaciones para mejorar la productividad y medidas para incrementar la eficiencia del control presupuestario en los departamentos.

También se llevará a cabo una adaptación del modelo de incentivos al nuevo sistema de trabajo, actuaciones sobre los sistemas de planificación para ajustar la producción de cada producto a las ventas e inventarios requeridos, así como cambios en la política comercial para mejorar la competitividad.