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España logra que Bruselas sólo reduzca de 33.000 a 30.000 toneladas la pesca de anchoa

La Comisión también rectifica la propuesta de vedar la captura de cigalas en cinco zonas

"Todo se ha conseguido". Con estas palabras presentó anoche la ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, el resultado de las negociaciones sobre cuotas, caladeros y esfuerzo pesquero de España con la Comisión para el 2005. A los drásticos recortes propuestos a principios de mes por Bruselas les habían dado la vuelta como a un calcetín la propia Comisión y la presidencia holandesa, que abandonó la idea de reducir a 5.000 las toneladas de anchoa que se podían pescar en el Cantábrico: en 2005 serán 30.000 toneladas, frente a las 33.000 de la pasada campaña.

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La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, entró ayer por la tarde en la reunión con un medio triunfo en la mano, después de que Comisión y presidencia presentaran una propuesta de compromiso a la vista de las alegaciones realizada por España el día anterior. "Es un avance, pero la negociación será larga", comento Espinosa, quien señaló que iba a intentar mejorar las nuevas condiciones. Los planes originales del comisario Joe Borg, que el día anterior ella calificó de inaceptables, se habían caído por la borda tras las reuniones de técnicos que daban forma a lo hablado el lunes en reuniones bilaterales entre España y la Comisión. Las actuales 33.000 toneladas de capturadas de anchoa en el Cantábrico se recortan sólo el 9%, hasta 30.000, frente al 85% (hasta 5.000) inicialmente propuesto.

El plan de la cigala y la merluza, quedaba flexibilizado, al permitirse 22 días de faena mensuales, los mismos que en la actualidad (la Comisión quería sólo 20), y dejar excluidos de ese límite los barcos que capturaron menos de cinco toneladas anuales entre 2001 y 2003. Esos buques contribuyen con menos del 10% de las capturas, pero su impacto socieconómico es muy fuerte.

Más notable aún fue que se retirara la propuesta de crear zonas de veda para la cigala en la zona de Cantabria, en el área de Lisboa y en la costa onubense. El cierre de esas aguas para cigala supondría su clausura para otras pesquerías de fondo, porque España no tiene barcos especializados en la cigala, que se pesca mediante el arrastre, la misma técnica que para la merluza, el rape o el gallo.

Tras la intensa jornada, la ministra anunció anoche que Bruselas también había ofrecido retirar la veda de Asturias y Rías Bajas, además de separar el plan de recuperación de merluza en el Cantábrico y en aguas de Cádiz, dado que en las aguas del sur se puede mantener el actual régimen de capturas. También en Cádiz se mantendrá el de cigala.

"Por encima de detalles pequeños, se puede decir que todo se ha conseguido", señaló la ministra, que explicó el giro en la posición comunitaria con el argumento de que "se han aportado todos los datos y la sensibilidad de la presidencia y de la Comisión ante los intereses de España". Espinosa había comentado que "el comisario es una persona muy abierta y muy receptiva, que escucha e intenta ver los planteamientos que hace cada país", palabras con las que la ministra hacía un retrato de Borg que era el opuesto a su predecesor, Franz Fischler.

La presidencia y la Comisión esperaban anoche ultimar el documento de los acuerdos conseguidos para que los ministros lo pudieran consultar con sus asesores y volver con respuestas para el posible ajuste fino esta mañana. El ministro holandés de Agricultura y Pesca, Cees Veerman, retrasó la presentación del acuerdo definitivo ante la oposición de varios países.

Ayer se rompió con la tradicional estrategia negociadora de este último consejo del año, que solía ser de noche turbia y ojos enrojecidos por las intensas discusiones. Uno de los puntos más difíciles era la veda para la cigala prevista en la Rías Bajas, según reconoció Enrique López Veiga, consejero de Pesca de la Xunta de Galicia, que dijo sentirse muy cómodo en la delegación que encabezada la ministra socialista.

Elena Espinosa y Enrique López Veiga, consejero de Pesca gallego, se saludan ayer en Bruselas.
Elena Espinosa y Enrique López Veiga, consejero de Pesca gallego, se saludan ayer en Bruselas.EFE

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