Contradicción vital
Si a un guionista cualquiera se le ocurre esta historia, la escribe y la lleva a una productora en busca de financiación, se la tiran a la cabeza. Pero a veces el cine tiene estas cosas, que puede transformar el cacareado lugar común "la realidad siempre supera a la ficción" en una verdad irrefutable. De otro modo no podría entenderse Beautiful boxer, odisea de un joven tailandés nacido con mente de mujer pero atrapado en el cuerpo de un hombre, convertido en travestido luchador de kickboxing (el mejor de su país, nada menos), con el fin de conseguir el dinero necesario para hacerse una operación de cambio de sexo.
La apasionante historia de Beautiful boxer, muy bien interpretada por Asanee Suwan y con una banda sonora demasiado melosa, está basada en una doble contradicción: la del protagonista, interna, que desde niño ve cómo es incapaz de llevar una vida conforme a lo que le dictan sus entrañas; y la que rodea al boxeador, externa, que muestra el contraste entre un mundo cargado de testosterona y un personaje que hace del maquillaje y la pluma su banderín de enganche. Desde esta premisa, la interna está bastante mejor contada que la externa (por ejemplo, la actitud del entrenador queda demasiado dispersa y con una carga de profundidad mínima).
BEAUTIFUL BOXER
Dirección: Ekachai Uekrongtham. Intérpretes: Asanee Suwan, Sorapong Chatree, Sarawuth Tangchit, Sitiporn Niyon. Género: drama de acción. Tailandia, 2003. Duración: 118 minutos.
Por otro lado, la película muestra el mismo problema que la mayoría de las producciones pugilísticas que no echan mano de la brillantez visual para acompañar la gran cantidad de combates contenidos en el metraje (los de Toro salvaje, de Martin Scorsese, por ejemplo). Así, al que no le interese el kickboxing (boxeo con patadas) se le van a hacer eternos los campeonatos.
Babelia
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