Zapatero y 10 ministros arropan a Moratinos frente al intento de reprobación del PP
Los populares se quedan solos en el rechazo al titular de Exteriores
Imagen insólita en el Pleno del Congreso: el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y nueve ministros acudieron para arropar al titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y contribuir a derrotar la moción del PP que pretendía reprobarlo.
En rarísimas ocasiones algún miembro del Gobierno está presente en el debate y votación de una moción, pero ayer el Gabinete de Zapatero quiso hacer patente su apoyo a Moratinos. Diez de sus miembros siguieron el debate y Zapatero entró poco antes de la votación. La moción reprobatoria del PP fue derrotada con los votos de todo el resto de los grupos políticos (187) frente a sólo los suyos (133).
Gustavo de Arístegui, portavoz del PP, había anunciado la semana pasada que su grupo reprobaría a Moratinos después de que éste afirmase en un programa de Televisión Española que el ex presidente del Gobierno José María Aznar había alentado el golpe de Estado frustrado en Venezuela, contra el presidente Hugo Chávez, en abril de 2002.
Ayer los populares presentaron una moción sobre "los ejes de la política exterior del Gobierno" en la que lo de menos eran los ejes y hasta el carro. Lo que querían, antes que nada, era que el Congreso reprobase "la gestión del ministro de Asuntos Exteriores por su caótica y desastrosa gestión" que culminó, en opinión del PP, con sus "gravísimas y reiteradas acusaciones contra el Gobierno anterior" de apoyar el golpe de Estado venezolano.
Arístegui, desde la tribuna, volvió a calificar de radical la política exterior del Gobierno socialista y la comparó con la que practicaban los Gobiernos de corte marxista en los años setenta.
Además, acusó a Moratinos de ocultar, ante la Comisión de Exteriores, cuando compareció para explicar sus acusaciones, una carta del embajador en Venezuela, Manuel Viturro, cuando la intentona fallida, y que, según dijo, contradice abiertamente la versión del ministro, al que acusó de "mentir".
El resto de los grupos apoyaron a Moratinos y su política con ligeros matices. Joan Herrera (Izquierda Verde) atacó al PP por su política exterior mientras gobernó y anunció que seguirá apoyando la del Gobierno socialista. Josu Erkoreka (PNV) reprochó al PP que no hubiese intentado ni el más mínimo acercamiento a otros grupos en su intento; anunció que, "básicamente", respalda la política exterior socialista, aunque con algún reproche sobre las formas, y advirtió al Ejecutivo sobre la "singularidad" de Chávez y los peligros que muchas de sus políticas encierran para la democracia venezolana.
Jordi Xuclà (CiU) rechazó la reprobación extendiéndose en explicar que tal figura no tiene encaje constitucional ni reglamentario porque, simplemente, no existe y es competencia exclusiva del presidente del Gobierno nombrar y destituir a sus ministros. Reprochó al PSOE, al PP y al PSC que hayan utilizado algunas veces este procedimiento que jamás, dijo, ha usado CiU.
Rosa María Bonás (ERC) aseguró a los diputados populares que su partido se sentía más inquieto con la política exterior del Gobierno de Aznar que con la actual.
Rafael Estrella (PSOE) exasperó los ánimos del Grupo Popular, al que acusó de intentar desestabilizar la vida política; acusó al líder del PP, Mariano Rajoy, de inconsecuente, ya que hace sólo tres meses ofreció un pacto de política exterior, y terminó su discurso, entre abucheos desde los escaños populares, asegurando que sólo falta que el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, ponga un día los pies sobre el escaño. La sesión concluyó con aplausos de los socialistas a Moratinos y muchos saludos de solidaridad.
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