El Gobierno aboga por mantener una relación militar "sólida y equilibrada" con EE UU

El establecimiento de una relación "sólida y privilegiada" con EE UU, junto al impulso a la política de seguridad y defensa de la UE y la participación activa en las iniciativas de la OTAN, será uno de los ejes de la política de Defensa en la actual legislatura, según fuentes gubernamentales. El ministro de Defensa, José Bono, presentará hoy en el Congreso la Directiva de Defensa Nacional 1/2004, el documento clave de la política de Defensa del Gobierno socialista, que firmará antes de fin de año por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y sustituirá al suscrito por José María Aznar en 2000.

Los desencuentros con la Administración de George W. Bush han marcado los primeros meses del Gobierno socialista. La fulminante retirada de las tropas de Irak y el llamamiento que el presidente español hizo a otros países para que siguieran su ejemplo generaron una fuerte irritación en Washington, que quedó patente con varios desplantes: la ausencia del embajador de EE UU en la Fiesta Nacional o la tardanza de Bush en responder a la felicitación de Zapatero por su reelección.

El Ejecutivo socialista está convencido de que, pese a la distancia ideológica que separa a ambos gobiernos, la relación bilateral debe mantenerse y reforzarse, especialmente en materia de Defensa. Pero esta relación, según fuentes gubernamentales, debe ser "sólida y equilibrada", basada en la lealtad, el diálogo y el respeto mutuo y alejada de la actitud de sumisión hacia la Casa Blanca que atribuyen al Gabinete de Aznar.

El jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz Roldán, reclamó el 25 de octubre "un poco más de equilibrio" en la relación militar bilateral. "Damos mucho y recibimos poco", dijo gráficamente.

Sanz se reunió el pasado jueves con el encargado de Negocios de la Embajada de EE UU en Madrid, Robert Manzanares, quien ayer llamó públicamente a "evitar la retórica insensata que da alas a nuestros enemigos comunes" y afirmó que, "al final, si las relaciones quieren tener éxito, lo que importan son los hechos".

UE y OTAN

Las relaciones entre los dos países se basan en el convenio de 2002, que enmendó el negociado por el PSOE en 1988. El Gobierno no tiene intención de reformarlo, pero reclama que se cumpla la Declaración Conjunta firmada en Madrid en enero de 2000 -que incluye la cooperación política, científica, industrial y tecnológica- y, a su juicio, no se ha desarrollado.

La relación bilateral con EE UU es uno de los ámbitos prioritarios de la política de Defensa del Gobierno. Los restantes son la UE, la OTAN, el Mediterráneo y Latinoamérica.

España impulsa el desarrollo de la Política Común de Seguridad y Defensa y se ha comprometido a participar en los futuros grupos tácticos de la UE, unidades de 1.500 efectivos listas para ser desplegadas en caso de crisis. España liderará uno de dichos grupos, participará en el formado a partir de la fuerza anfibia hispano-italiana y se ha mostrado dispuesta a contribuir al franco-alemán.

Respecto a la OTAN, España participa con 500 militares en la operación en Afganistán y está dispuesta a incrementarlos. También contribuye a la Fuerza de Respuesta (NFR), a la que en 2005 aportará por turno rotativo el cuartel general de alta disponibilidad de Bétera (Valencia).

El envío de una compañía de Infantería de Marina a Haití, bajo bandera de la ONU y en una misión liderada por Brasil, es la muestra más clara del impulso a la cooperación con Latinoamérica en materia de Defensa, mientras que la presencia en el país caribeño de un contingente marroquí bajo mando español muestra el cambio de clima con Rabat tras el incidente de Perejil.

Precisamente para estrechar relaciones con el Magreb, el ministro de Defensa, José Bono, tiene previsto realizar su primera visita oficial a Túnez esta misma tarde, tras comparecer en el Congreso para presentar la nueva Directiva de Defensa Nacional.

Este documento, además de reflejar las prioridades ya citadas en política internacional, cita por vez primera el terrorismo como la principal amenaza para la seguridad de los españoles y pone dos condiciones para la participación de tropas españolas en operaciones en el extranjero: el acuerdo previo de Naciones Unidas o de otra organización internacional de la que forme parte España (UE, OSCE u OTAN) y la consulta al Parlamento.

La forma en que el Parlamento se pronunciará sobre el envío de tropas españolas al extranjero debe regularse en la nueva Ley Orgánica de Defensa y Fuerzas Armadas, que el Consejo de Ministros prevé aprobar el día 30.

Para impulsar la transformación de las Fuerzas Armadas, la nueva directiva contempla la creación de un órgano específico -inspirado en el mando de la OTAN en Norfolk (EE UU), aunque a escala muy inferior-, así como la puesta en marcha de un Mando de Operaciones, la creación de una Fuerza Conjunta de Reacción Rápida o la unificación de los servicios de inteligencia militares y su coordinación con el CNI.