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El presidente del Gobierno cancela a última hora la cumbre prevista para hoy con Polonia

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, decidió anoche cancelar su visita anunciada para hoy a Polonia, donde hubiera debido protagonizar la segunda cumbre bilateral hispano-polaca. La suspensión del viaje fue anunciada pasadas las once de la noche por La Moncloa, en vista de que la comparecencia del presidente ante la Comisión del 11-M superaba ya las 14 horas. La sesión en el Congreso concluyó a las 23.40. El programa de Zapatero en Varsovia, a casi cuatro horas de avión, comenzaba a las 09.30.

Sólo el cansancio, al límite de la resistencia humana, explica la suspensión de un encuentro que habrá de reprogramarse a corto plazo, porque su contenido era importante. La distribución futura de las ayudas de la Unión Europea entre España y Polonia iba a ser el tema central de esta cumbre, en vísperas del Consejo Europeo convocado para el jueves y viernes en Bruselas. Aunque el debate sobre los planes financieros de la Unión para el septenio 2007-2013 es aún muy incipiente, las autoridades polacas, llamadas a suceder a España como primera receptora de fondos de cohesión, tienen quejas por la actitud de Madrid en relación a ese problema.

Polonia apoya la inclusión en las conclusiones del consejo del viernes de un párrafo en el que "se subrayan las necesidades particulares de los nuevos Estados miembros" en esta materia. Los negociadores españoles rechazan esa mención, si no va acompañada de tres principios: que el sistema de ayudas sea "sostenible", que su reparto sea "equitativo" y que la salida del mismo sea "gradual", ya que España no puede afrontar perder de golpe, como consecuencia de la ampliación, toda la financiación regional que le viene aportando Europa.

Al margen de esa polémica, queda planteado el problema de la agenda de un presidente que, en sólo ocho meses de Gobierno, ha tenido que cancelar a última hora tres compromisos internacionales por atender obligaciones políticas internas. El pasado noviembre, Zapatero anunció con menos 48 horas de antelación que no iría al foro de Formentor, un viernes, oficialmente porque el sábado tenía que viajar a Galicia.

El 1 de diciembre, suspendió su primera entrevista con Vladimír Putin en Moscú, celebrada finalmente el pasado viernes, porque tenía que estar en Madrid para responder a una sesión de control. Eso fue así porque nadie había advertido con tiempo a las Cortes de que el presidente estaría ese día en el extranjero, lo que permitió que la oposición le planteara una pregunta. Por lo que se refiere a ayer, resulta cuando menos chocante que se programara una cumbre en Varsovia al día siguiente de una comparecencia parlamentaria de duración indefinida. Según el programa, el presidente hubiera debido salir de Madrid a las seis de la tarde, lo que era poco realista.

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