Vilar acusa a Fabra de participar en la falsificación de documentos sobre la composición de pesticidas

El empresario Vicente Vilar, quien acusó al presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, de cobrarle cantidades millonarias a cambio de favores políticos, ha ampliado sus acusaciones contra el también presidente provincial del PP de Castellón. Según publica la revista Interviú, Vilar asegura que Fabra participó en la falsificación de sellos, tampones y documentos con el fin de legalizar pesticidas no autorizados. Vilar implica también en la trama a su ex mujer, Monserrat Vives, quien ha dicho ignorar las posibles falsificaciones, al ex subdelegado del Gobierno en Castellón, Vicente Sánchez Peral, a la esposa de Fabra, María Amparo Fernández, y al chófer de Fabra.

Vilar, que hace un año presentó dos querellas que han llevado a la fiscalía anticorrupción a investigar a Fabra por la posible comisión de uno o varios delitos contra la administración pública, asegura en las declaraciones al semanario que, desde finales de 1999, tanto él como Fabra participaron en la falsificación de las analíticas de alrededor de una treintena de productos fitosanitarios con el objetivo de que su composición fuera aceptada por el Ministerio de Agricultura para la concesión de fabricación de los productos. Según relata Vicente Vilar, el Ministerio de Agricultura no verificaba con contraanálisis los datos aportados y únicamente requería la homologación por parte de determinados laboratorios.

Para las falsificaciones, según el industrial, se utilizaban sellos y tampones que encargaron, en un principio, a una imprenta de Valencia y, posteriormente, a otro establecimiento de Castellón. La revista señala que Vilar asegura que invirtió en estas operaciones alrededor de 360.000 euros y que, en las mismas colaboraron siete químicos que trabajaron para la autorización de herbicidas como el Pirox, el Tronar, el Cirox o el Procit. De los 30 productos de los que se modificaron las analíticas, una docena ya han sido autorizados, según Vilar, y el resto sigue el trámite oportuno.