El Prado concluye la catalogación de las colecciones de escultura clásica
El museo expondrá en el claustro de los Jerónimos el conjunto renacentista de los Leoni
La publicación del segundo volumen del catálogo de la escultura clásica, dedicado a las piezas mitológicas, concluye el estudio sistemático de las colecciones de escultura antigua del Museo Nacional del Prado. El director del museo, Miguel Zugaza, reivindicó ayer la presencia de la escultura clásica en una pinacoteca como un legado de la antigüedad y una fuente didáctica de la pintura moderna. En el plan de colecciones, una selección de obras permanecen en las salas del edificio Villanueva y el conjunto renacentista de los Leoni se instalará en el claustro de los Jerónimos.
El Prado, mediante un convenio con la Fundación Marcelino Botín, presentó ayer el segundo volumen del Catálogo de la escultura clásica, dedicado a la mitología, escrito por el arqueólogo Stephan Schröder, asesor científico de escultura del museo, con fotografías de Peter Witte y dibujos de Laureano de Frutos. El mismo autor realizó en 1999, con Miguel Ángel Elvira, la guía de la colección de esculturas, dedicada a los retratos, y el año anterior, Rosario Coppel publicó el catálogo de escultura de época moderna. Sólo falta la catalogación de la escultura del siglo XIX, que junto a las pinturas se integrará en las colecciones del edificio Villanueva.
El plan de colecciones, según informó Miguel Zugaza, prevé una "nueva visibilidad" de la escultura en un museo de pinturas, con la colocación de las 12 piezas renacentistas de los Leoni en la futura ampliación del edificio del arquitecto Rafael Moneo. En otros lugares, seguramente en el nuevo vestíbulo de entrada de conexión entre Villanueva y la ampliación, se instalarán un conjunto de retratos, de los 90 catalogados, y las Musas de la colección de Cristina de Suecia. El director recordó la colaboración del Instituto Arqueológico Alemán y la "refinada erudición" de Schröder.
Una tarea compleja
El director de la Fundación Marcelino Botín, Rafael Benjumea, señaló que la institución apoya "iniciativas externas con las que nos identificamos". Además de las publicaciones, el convenio firmado en 1998, con un presupuesto de 492.830 euros, ha provocado la restauración de 15 esculturas en mármol, bajo la dirección del especialista Silvano Bertolin, dos becas de restauración en mármol, y el diseño y montaje de las dos salas actuales de escultura, en la planta baja, incluidos los pedestales de mármol de Macael para 47 piezas.
El director adjunto de conservación e investigación, Gabriele Finaldi, destacó la "tarea compleja" de la elaboración de un catálogo razonado. En los últimos meses, al de escultura clásica se han unido otros estudios dedicados a sus colecciones, como el de Luis Meléndez y la serie de bodegones para el Príncipe de Asturias, de Peter Cherry y Carmen Garrido, y el reciente de los dibujos italianos del siglo XVI, realizado por Nicholas Turner. "La escultura antigua son obras muy manipuladas, que han llegado a cambiar el significado de las piezas antiguas, sobre las que hay poca información. Muchas de ellas proceden de las colecciones reales, con su historia de ingreso, los talleres romanos y las restauraciones. La investigación tiene en cuenta también el análisis de cada pieza, los materiales, las técnicas y la bibliografía. Este catálogo representa 10 años de trabajo", declaró Finaldi.
Stephan Schröder comentó el catálogo de las piezas, ordenadas de forma cronológica, que aparecen descripciones, y en varios casos nuevas identificaciones, junto a fotografías en color y blanco y negro, las preferidas por los investigadores por su plasticidad y la posibilidad de ver las obras desde distintos lugares. En el catálogo aparecen dos obras griegas de escultura arcaica, las réplicas romanas de la escultura griega clásica, la escultura helenística, con las obras originales y las réplicas romanas; la escultura romana ecléctica y la escultura funeraria romana, hasta completar 218 obras.
Para el historiador y escritor Carlos García Gual, que intervino en la presentación, la colección del Prado es "una especie de tesoro de gran calidad, con piezas muy interesantes". Cree que el conjunto forma un pequeño museo, que hasta ahora ha estado muy desatendido frente a las pinturas. Aconseja empezar la visita del museo por las salas de escultura clásica para ver la rotundidad de las piezas, que exigen "una mirada especial", y conocer por el catálogo la historia de los personajes y los temas, ya que está escrito para "especialistas en el mundo antiguo pero también para el visitante actual".
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