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Condenado a 10 meses de prisión el dueño de un coto por utilizar cebos venenosos

El constructor Bartolomé Amengual Nadal, de 46 años, llamado Tomeu, el picapedrero de oro, cazador y propietario del coto de S'Atalaia de Son Coll, en Santa Eugènia (Mallorca), se ha declarado culpable ante la Audiencia de Palma de sendos delitos contra el medio ambiente; uno de riesgo por uso ilegal de veneno para matar alimañas, y otro por abrir un vertedero de escombros en la finca, declarada área natural de especial interés.

Las penas que aceptó Amengual son las de 10 meses de prisión y tres años de inhabilitación para la caza. El vedado está en suspensión, tras hallarse repartidos por el coto en 2002 hasta cien cebos envenenados, pescados e higos rellenos. La acción causó efectos porque se halló el cadáver de una cabra y un gato, ya víctimas de Aldicarb, producto agrícola prohibido.

"La investigación de los agentes de Medio Ambiente y del Seprona ha sido impecable", aseguró el naturalista Juan José Sánchez, de la Fundación para la Conservación del Buitre Negro, que emprendió la acción particular. El fiscal de Medio Ambiente de Baleares, Adrián Salazar, tras cerrar una compleja instrucción, negoció con la defensa y los acusadores un pacto de culpabilidad y condena de Amengual, condicionado a la restauración de los daños causados con los vertidos en los parajes.

El dueño del coto, tras ser imputado, emprendió la restitución del entorno de una vaguada donde creó un vado sobre una torrentera con escombros generados por su constructora. "Es otra sentencia para disuadir el uso de cebos envenenados", dijo el letrado acusador, Carles Tarancón.

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