Chirac-Zapatero

La de ayer en Zaragoza era la primera cumbre hispano-francesa desde el cambio de Gobierno en España. Fue la ocasión para comprobar el estado de las relaciones bilaterales, y ambos jefes de delegación, Chirac y Rodríguez Zapatero, tuvieron interés en resaltar la sintonía existente en casi todos los terrenos. "En el 90%", dijo el presidente francés. El acuerdo en política exterior lo escenificaron con una llamada conjunta a Kofi Annan en un momento en que la Administración norteamericana quiere hacerle pagar su actitud en relación a la guerra de Irak. El acuerdo sobre la que ha venido siendo principal cuestión bilateral, como es la cooperación antiterrorista, se extenderá a la lucha contra el terrorismo islamista.

La cooperación policial y judicial contra ETA ha sido decisiva para que hoy sea verosímil la hipótesis de su derrota política, lo cual ya ha tenido efectos en su entorno político. Esa colaboración está garantizada porque ya no depende, como en otros tiempos, de eventuales contrapartidas españolas: Francia está comprometida en la lucha antiterrorista por propio interés, y la cooperación, incluyendo la creación de equipos policiales conjuntos, se extenderá ahora al terrorismo internacional.

Francia es el primer cliente y el segundo proveedor de España, y España, el segundo cliente y tercer proveedor de Francia: hay, por tanto, muchos intereses compartidos, lo que permite acuerdos con independencia del color político de los Gobiernos respectivos. El 10% de desacuerdo se refiere a la reducción a partir de 2007 de los fondos regionales de la UE que recibe España. Chirac dijo comprender la actitud alemana, pero se mostró de acuerdo en buscar una fórmula de reducción paulatina, no drástica, de los fondos. El acuerdo se vería favorecido por una actitud de España favorable a la flexibilización del Pacto de Estabilidad, como desean Francia y Alemania.

En la primera mitad de 2005 se celebrará una cumbre transfronteriza con participación de ambos Gobiernos, y de los de las comunidades y regiones de ambas vertientes de los Pirineos, para reactivar no sólo los planes de comunicaciones por carretera y ferrocarril (y marítimas, como novedad), sino iniciativas de desarrollo que eviten deslocalizaciones. Ayer ya participaron los presidentes de Aragón, Cataluña y Navarra, pero no el lehendakari, que una vez más se puso en evidencia al responder a un gesto de aproximación alejándose de quien se lo ofrecía.